No le van mal las cosas por Southampton...
Me va muy bien, la verdad. Estamos haciendo una buena campaña en la Premier este año. Y no era sencillo, porque se vendieron muchos jugadores en verano. Pero con trabajo, un equipo que es casi nuevo está en disposición de luchar por entrar en la Liga Europa. Es una posibilidad muy grande para un club humilde y una meta muy superior a la que todo el mundo esperaba de nosotros. Tiene mérito.
Se vendieron a jugadores clave, como Shaw, Lallana, Lambert...
Sí. Cuando empecé a hablar con el club para que me fichasen ya sabía que no podríamos retener a jugadores importantes. Pero se logró una buena cantidad en traspasos para invertir en otros buenos jugadores. El club y los scouting han hecho un gran trabajo para reunir un buen equipo. Somos un conjunto agradable de ver por su juego, desplegamos un muy buen fútbol. Está todo el mundo muy contento.
¿Hasta el punto de pelear con potencias con más tradición como el Liverpool y el Tottenham? ¿Se lo esperaba?
No me sorprende porque es un club muy bien organizado, con una estructura fuerte y tiene una muy buena academia para los jóvenes. Es un club famoso porque salen buenos jugadores de su cantera, con mucho talento y llegan a los grandes. Es el caso de Bale. Ahora es una estrella en el Madrid y viene del Southampton. Walcott y Chamberlain, del Arsenal, también se criaron aquí. Somos conocidos por este aspecto.
No todos los talentos se fueron. Le Tissier, considerado casi un dios, sí se quedó...
Es un ídolo tremendo del club. Viene a muchos partidos, también a veces a los entrenamientos. Es un hombre importante en la idiosincrasia del club.
¿Cómo de importante es tener una buena estructura para un rendimiento sostenido en el tiempo?
Lo es todo. En Inglaterra hay otros ejemplos en los que el dinero manda, pero aquí el modelo es más sostenible. Y nos da además para jugar bien, dar posibilidad a la cantera. Se ha dado continuidad al buen trabajo, como el que hizo Mauricio Pochettino el año pasado.
¿Qué diferencia hay entre entrenar en Inglaterra y otros países?
Se juega a un ritmo altísimo. La intensidad es frenética en los partidos, los campos siempre están llenos, con mucho ambiente. También se entrena siempre sin aficionados y sin prensa...
La ausencia de prensa será un alivio...
Es una gran tranquilidad (Risas). Es muy diferente a lo que yo he visto y he vivido en España, donde la prensa está muy metida en la vida del club. Aquí en Inglaterra se respeta mucho más el trabajo de los jugadores y entrenadores.
Es otra mentalidad, imagino.
Es otra cultura. Ya tenía experiencia como técnico en España, Portugal y Holanda y creo que en Inglaterra se trabaja muy bien, muy fuerte. Hay mucho respeto entre los jugadores con los empleados del club y sus jugadores. No tiene nada que ver.
En Inglaterra se ha reencontrado con la que fue una de sus grandes apuestas: Juan Mata.
Claro. Lo he podido ver en los partidos que hemos jugado contra el Manchester United. Hemos tenido ocasión de hablar después de los encuentros. Lo he visto siempre encantado conmigo. Es un grandísimo jugador y un chico estupendo. Mata fue una de las cosas que hicimos bien en el Valencia. Le dimos posibilidad de ser un futbolista titular, de sentirse importante. Y fíjate dónde está ahora.
¿Tan determinante fue usted para cambiar el rumbo de la carrera de Mata?
En el Valencia no había nadie que tuviese confianza en Mata en aquel momento. Ya no estaba en el club el director deportivo que lo trajo. Cuando yo llegué al club se planteó la posibilidad de cederle a un equipo de Segunda, y yo me negué por completo. Para mi cuerpo técnico era un gran talento que debía quedarse en el primer equipo. El futuro que ha tenido habla por sí mismo.
Y en su momento también. Fue uno de los artífices del título de Copa.
Es el mejor recuerdo que tengo de mi paso por Valencia. Todo lo demás fue complicado, sin poder trabajar tranquilo. Pero ganar un trofeo para cualquier equipo siempre es bueno y el Valencia ya lleva desde entonces mucho tiempo sin volver a ganar otro. Tras unas temporadas un poco fuertes, ojalá que el club pueda recuperar su prestigio. Pero dependerá mucho de la estructura y organización de la entidad. Para nosotros fue un gran éxito.
Fue un éxito que no se celebró. ¿Cree que aquello fue una injusticia?
Todo el mundo puede tener una opinión, yo tengo la mía. Fue duro para mi, porque yo fui a Valencia con toda la ambición y la confianza de hacer algo grande, pero el club vivía un momento muy complicado por el tema del presidente Soler. El ambiente que existía en el equipo tampoco ayudaba. Me pidieron que cambiase el equipo, que diera oportunidad a los jóvenes. Por eso di confianza a Mata, por eso fichamos a Banega. No me dejaron finalizar el proyecto, y fue por cambios de presidencia y cosas siempre raras. El Valencia ya es el pasado, pero no puedo negar que fue muy duro para mi y para mi familia.
Ahora sí se tiene la tranquilidad que le hubiese gustado disfrutar a usted.
Parece que sí, al menos así se ve desde fuera. Por fin tiene una estructura el club y se deja trabajar con tranquilidad a un entrenador. No he visto muchos partidos este año, pero han apostado por estar arriba en la tabla. Es bonito que vuelva a estar en esas posiciones.
El modelo de tener un dueño extranjero es usual en Inglaterra pero no está tan asentado en España.
Siempre hay que aspirar a tener los mejores jugadores. Si como club tienes acceso a ellos y das posibilidades al fútbol base, tienes opciones de conseguir el mejor equipo posible. Es lo más importante con independencia del presidente.
¿Cree que el Valencia está en condiciones de competir con Real Madrid y Barcelona?
No, de momento no. Para mi esos dos equipos, y quizá el Atlético, tienen una distancia que hay que recortar todavía. Creo que aún Barcelona y Real Madrid son con diferencia los mejores equipos.
¿Ya se puede dar por acabada la leyenda que anunció usted tras ser despedido de que el Valencia no ganaría títulos en cinco años? Porque han pasado siete...
Lo dije porque no veía ni tranquilidad ni confianza para tener una estructura fuerte. En mi época no había y después, durante muchos años, también ha faltado el sosiego y la calma en el club, con demasiadas crisis. Ahora parece que han cambiado las cosas y habrá que esperar a los próximos años. No tener tranquilidad es el peor problema para un club.
