Ante la inminencia del 30 de abril, fecha tope de los fondos de inversión para adquirir jugadores en propiedad por un periodo máximo de un año „según la última modificación del artículo 18 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de FIFA„, el nombre de Joao Cancelo ha saltado a la primera plana en los últimos días. Como imagino que ya sabrán, la empresa Meriton Holdings Limited, propiedad de Peter Lim, tenía una opción de compra preferencial sobre el lateral de Benfica por un valor de entre 10 y 15 millones de euros. La cantidad varía en función de la fuente consultada, de ahí la horquilla. Escribo tenía porque, aunque no existe comunicado oficial al respecto, la decisión está tomada y el futbolista seguirá en el Valencia la próxima temporada. Conviene recordar que ha participado en 13 partidos oficiales, ocho como titular, por lo que su aportación en Mestalla ya es muy superior a la que traía en el curriculum procedente de la Liga Portuguesa. Una competición, por cierto, curiosa a más no poder: los 17 goles de Jackson Martínez „sigue en el Porto„ tienen un valor incalculable, pero los 16 de Jonas Gonçalves deben haber sido contra equipos que juegan sin portero. Un problema de óptica. En el Estadio Da Luz nos han cogido cariño. Seguro. Casi 100 kilos en caja „Rodrigo, André, Enzo, Cancelo„ y Jonas firmado como agente libre. Tanto bombo con Yanis Varoufakis y nadie se ha parado a pensar en Luís Filipe Vieira.
Pero vamos al tema que nos ocupa. Que Joao Cancelo se quede en el Valencia es razonable. Además de padrino, tiene calidad. Mucha. Desequilibra por fuera, encara, llega y la pone, supone una amenaza en el juego a pelota parada y ha progresado adecuadamente a nivel defensivo, aspecto en el que más sufría cuando era un recién llegado a España. Eso sí, su valor de mercado ni se acerca al precio de la opción de compra establecida por Benfica. Gustó, creo, mucho más contra el Levante „con el partido volcado hacia la portería de Mariño„ que en envites más exigentes como los de La Rosaleda o Can Barça. Lógico. Un carrilero con marcado sesgo ofensivo vive en el hábitat idóneo ante rivales como por ejemplo será esta noche el Granada. Apareciendo por fuera, incorporándose para dar opciones abriendo el campo ante defensas cerradas y sin tener que preocuparse demasiado por volver al punto de partida en el carril del 2.
Sea como fuere, Cancelo no me parece un defensa al uso. Con el riesgo que entraña emitir juicios cuando el jugador todavía no ha disputado ni quince partidos oficiales con el Valencia, tiene más hechuras de extremo que de lateral. Circunstancia que genera un problema a la dirección deportiva. Si, como sería deseable, el Valencia disputa la próxima edición de la Champions League „el ritmo de puntaje del Atlético de Madrid invita a pensar que habrá que jugarse el pase a la máxima competición continental a 180 minutos y en plena canícula„, la sociedad Barragán-Cancelo no ofrece las garantías necesarias a nivel defensivo. Son futbolistas capaces de generar peligro cuando pasan medio campo, de servir centros excelentemente presentados para Alcácer, Negredo and company, pero sin el perfil físico ni el músculo necesarios para secar a los mejores atacantes del mundo.
Es muy posible que, como ya ocurrió el pasado verano precisamente con la llegada de Joao Cancelo y el castigo en forma de ostracismo para Joao Pereira, el guión ya esté escrito. Y con él, algunas secuencias „no todas, ojo„ en las que Rufete, Ayala y Salvans no son los protagonistas principales. De otro modo no se explica la presencia de Jorge Mendes en la última cumbre deportiva celebrada en el Westin. Pero, si hablamos únicamente de fútbol, sin otro tipo de intereses ni juegos de tronos intestinos, hay un lateral al que el Valencia debería tratar de firmar. No tiene el coste de Danilo ni la buena prensa de Carvajal. Ni siquiera es internacional absoluto, de momento. Es Mario Gaspar, defensa del Villarreal „24 años„ con contrato hasta el 30 de junio de 2019. Dedicarse al oficio periodístico deportivo obliga „o debería„ a ver mucho fútbol, casi tanto como el que puede devorar cualquier miembro de una dirección deportiva de Primera División. Esta temporada no le habré visto jugar menos de 20 partidos, algunos de ellos en estadios de equipos grandes como el Bernabéu (1-1) y el Calderón (0-1). No es únicamente que no sufriera detrás, es que en la mayoría de ocasiones generó la impresión de ganar su duelo individual. Tácticamente impecable, rápido, con mucho oficio para su edad y recursos en el uno contra uno, sí me parece un jugador con un valor de mercado de 15 millones de euros. Y está aquí al lado, a 80 kilómetros.
