Diego Alves no buscó excusas para justificar el error cometido en el primer gol. El brasileño fue claro: «La vida del portero es así; un día estás en el cielo y otro en el infierno. No busco ninguna excusa porque no me gustan. Ha sido un fallo mio y lo asumo. Es mi responsabilidad», se sinceraba. «Veníamos con la intención de ganar y cuando se encaja un gol como éste se genera un poco de bajón. Mi fallo ha direccionado el partido. El equipo supo rehacerse en el segundo tiempo y lo intentó por todos los medios. Hemos generado ocasiones y hemos tenido el control del balón pero nos faltó suerte y no hemos podido ganar», apuntaba.

Alves, tras rechazar valorar la actuación arbitral, indicó que «cualquier aficionado» firmaría que el Valencia fuera cuarto a falta de sólo cuatro partidos del final de Liga. «Ahora hay que saber mantener la ventaja», sostenía. «Seguimos dependiendo de nosotros. El equipo está haciendo una temporada muy buena. Estamos en la recta final y tenemos que concentrarmos en ello y ganar lo que nos queda. Creo que la clasificación no se decidirá hasta la ultima jornada», valoraba.