­El Valencia se dejó dos puntos en Vallecas en un partido caprichoso, tenso y polémico que le deja empatado a puntos con el Sevilla en la cuarta plaza. Un gol de falta de Parejo corrigió la ventaja del Rayo tras un grave error de Diego Alves en una primera mitad gobernada por los visitantes, pero sin puntería. Todo antes de un final caótico que se saldó con la expulsión de Rodrigo (con el Rayo con 10) y la de Otxotorena. A falta de cuatro jornadas y tras un notable año, los valencianistas aún tendrán que pelear hasta el final por el objetivo Champions. Los de Nuno todavía dependen de sí mismos, pero ya sin margen de error.

El Valencia se reencontró en la primera parte con esa sensación tan frustrante de dominar con soltura, contar con toda clase de oportunidades de gol pero ponerse por detrás en el marcador por culpa de un accidente. En el Camp Nou sucedió con un gol a los 50 segundos de partido, seguida de una ráfaga de ocasiones sin acierto. En Vallecas, en cambio, el primer disparo entre palos del Rayo, obra de Embarba, que chutó centrado, sin mucha fuerza, muy previsible para el portero, se envenenó hasta convertirse en gol por un factor tan azaroso como la puesta de sol que se cernía sobre el barrio y que deslumbró a Diego Alves. El meta brasileño, docenas de veces salvador de los valencianistas, pedía perdón por su clamoroso error. Sin duda, Alves echó en falta aquellas gorras que distinguían a aquellos porteros clásicos.

El desafortunado lance volteaba un partido que, hasta ese momento, había tenido en el Valencia a su protagonista abrumador. Con una eficiente presión se recuperaban balones en campo rival ante el posicionamiento siempre atrevido de los rayistas y se pisaba área con superioridad de efectivos. Cinco aproximaciones diáfanas en un cuarto de hora. En el minuto 3, André Gomes cedió a Rodrigo, que armó un disparo que le salió alto. Las llegadas se sucedían y en minuto 9 era Toño quien sacaba con el pie un chut a bocajarro de Parejo. En el 11, en cambio, era Negredo „la novedad en el once junto a Enzo y Piatti„ quien no acertaba a empalmar, a la media vuelta, un centro al segundo palo de Gayà y tocado de cabeza por Rodrigo. Y en el 15, de nuevo Rodrigo se preparó una diagonal para acabar lanzando un zurdazo seco que Toño se sacó de encima como pudo. Fue entonces cuando se produjo la fatal carambola que llevó a Embarba a adelantar a los locales, coincidiendo con los últimos rayos de sol. El tanto dejó bastante aturdido al Valencia, incapaz durante unos largos veinte minutos de digerir el desafortunado episodio. No carburaría hasta el tramo final del primer acto, cuando André y Parejo agarraron de nuevo la manija del juego y se contó con una ocasión de Piatti y otra de Negredo.

Nuno movió el banquillo en el descanso, fiándose del momento de inspiración que atraviesa Feghouli (sentó a Piatti). El partido continuó emitiendo las mismas señales de incomprensión para los visitantes cuando Parejo buscó desde la media distancia disparó al poste y la pelota rebotada en la cabeza de Toño salió fuera. Pero la suerte comenzó a girar justo en ese instante. En el minuto 63 el valenciano Morcillo cazaba la escapada de André en el borde del área. Una roja justa para una falta que Parejo ejecutó a la perfección, enviándola fuerte y colocada a la escuadra que defendía Toño. Es su undécimo gol.

Con el duelo de cara y superioridad numérica, el Valencia arriesgaba y Nuno retiraba a Mustafi y juntaba a Alcácer con Negredo. El partido, sin embargo, se crispó, justo lo que no le convenía a los blanquinegros, tras la expulsión de Jémez. Ni con 10, el Rayo renunció a su alegre espíritu combativo. Alves se rehizo de su error con una gran estirada a chut de Kakuta. En plena ofensiva valencianista, Rodrigo (no es la primera vez) pecaba de inmadurez al caer en la trampa de Toño y zancadillearlo a ojos de Vicandi Garrido, al que el partido ya se le había desbocado hacía minutos, que lo expulsó. El duelo desembocó en un final bronco y abierto, con Feghouli y Alcácer malogrando dos ocasiones en solitario.