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Raso y junto al palo

El Valencia, negocio de Lim y Mendes

El Valencia, negocio de Lim y Mendes

Que quede claro: tanto monta, monta tanto, Peter Lim como Jorge Mendes. Más claro todavía: cuando el representante de Nicolás Otamendi tiene que negociar por el fichaje de éste, afirma sin rubor que no conversa con Salvo, sino que lo hace con Mendes. Reconoce el mando supremo en el socio de Lim. Lo realmente sorprendente está en el hecho de que Mendes está intentando, con su amigo singapurés, rebajar la cláusula de rescisión de contrato del jugador. Las cuentas del Valencia empiezan a ser las del Gran Capitán.

Lim le hace un préstamo de cien millones de euros al club del que es dueño. Por ello percibe intereses. Se da la circunstancia de que el dueño y su compinche Mendes, le venden al Valencia jugadores de su propiedad por valor muy superior al del mercado. La operación es confusa. Le traspasan al club jugadores propios por precios desorbitados e independientemente de que sea los que necesitan la plantilla para ser competitiva. La supuesta dirección deportiva y el llamado presidente ejecutivo, quedan al margen porque quien acaba bendiciendo la adquisición es el cómplice de la pareja, es decidir, el tercer hombre, Nuno, que aunque Espirito Santo no es espíritu puro. Además tiene música de fado y no la de Anton Karas.

Las noticias de cada día, las que hacen referencia a los presuntos o deseados fichajes del Valencia, siempre tienen encima la alargada sombra del comerciante portugués. Hay que comenzar a preguntar si el club puede soportar la carga de tantos millones por futbolistas cuya condición técnica no son de primer orden, no son de la prometida categoría para enfrentarse a Madrid y Barça.

Rodrigo lo ha vendido Lim al Valencia por 30 millones de euros, lo que no habría pagado ningún club de la elite. Lim, o Meriton, han traspasado a Cancelo por quince millones y está por demostrar que tal fuera la cantidad recibida por el Benfica. Sucede, al menos aparentemente, y sin que nadie diga lo contrario, que lo que compra el consorcio Lim-Mendes al Benfica les proporciona un beneficio de algo más de diez millones de euros cuando se endosa tal estrella, casi desconocida durante un año, al club.

Salvo, que tanto empeño puso en que fuera Lim quien se convirtiera en dueño del club, por el que por cierto solamente ha puesto dos galletas, está ya en el estadio del ninguneo. Lo mismo que Rufete.

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