Otra vez el Valencia CF toma las decisiones en el momento menos oportuno. Desde que Meriton oficializó toda la documentación para adquirir la mayoría accionarial de la entidad el 24 de octubre de 2014, los ejecutivos de Peter Lim „algunos ya llevaban unos meses trabajando a diario en la entidad„ han ido tomando a nota para conocer a fondo el funcionamiento de un club de fútbol. Amadeo Salvo y Rufete siguieron con cargos ejecutivos en su carta de presentación, pero la realidad es que poco a poco su poder iba menguando. A veces daba la sensación que no querían ver esa realidad, pero en la parcela deportiva, desde que Nuno firmó su renovación de contrato por tres temporadas en enero, su poder ha sido prácticamente total. Al preparador portugués, que cumplió su objetivo de colocar al Valencia CF en la zona Champions (falta la confirmación con la eliminatoria previa), le gusta tener todas las áreas vinculadas a la primera plantilla bajo su control. Él siempre tenía la última palabra, tanto si decidía anunciar oficialmente su ampliación contractual antes de disputar el partido de vuelta de Copa ante el Espanyol, como si el césped tenía que estar cortado de una forma u otra. Y si mandaba en los pequeños detalles, también quiere el poder en lo más importante: la confección de la plantilla para el próximo curso. La convivencia entre Nuno y Rufete era inviable, como también sonrojaron al propietario las críticas en público de Amadeo Salvo a Jorge Mendes, socio del propietario. El presidente ejecutivo saliente hace bien marchándose junto a Rufete, por el que apostó para la Academia, pero el bochorno público se habría podido evitar tomando las decisiones a su tiempo, no con el mercado abierto.
