«Nuestro entrenador era Pizzi, pero el proyecto de Peter Lim era nuevo», aseguró Francisco J. Pérez Rufete el 4 de julio. Nuno Espírito, escoltado a su derecha por Amadeo Salvo y a su izquierda por Rufete, fundieron sus manos en una. Meriton aún no había adquirido la mayoría accionarial del Valencia CF, pero «tomó» la decisión de nombrar al entrenador portugués para dirigir la nave blanquinegra. No fue la única decisión del futuro propietario que iban a asumir los ejecutivos de ese momento, ya que también se incorporaron algunos futbolistas por expreso deseo del técnico „Filipe Augusto„ o de Peter Lim „André Gomes, Rodrigo y Joâo Cancelo„. Siete incorporaciones llevaron el cuño propio de Rufete y su equipo técnico (Mustafi, Otamendi, Yoel, Orban, De Paul, Zuculini y Negredo). Inicialmente había una relación de trabajo cordial, con las discrepancias habituales entre dos personas a la hora de elegir futbolistas, pero existía una sintonía que duró hasta el mercado de invierno. Ahí, ya con Peter Lim como máximo accionista, la relación entre Rufete y Nuno se erosionó, dejaron de confiar.

Cada uno tiene una versión de los hechos sobre lo que pasó el pasado mes de enero. El día 11 Nuno firmó un nuevo contrato que le vincula al club hasta el 30 de junio de 2018, tres años más. Hasta ese día se realizó la incorporación de Enzo Pérez „acordada previamente por Peter Lim y Jorge Mendes con el Benfica„, pero luego las discrepancias que tenían en un foro interno pasaron al escenario público.

No todas se airearon, pero sí hubo reflexiones públicas del entrenador portugués que le dolieron al hasta ayer Mánager General Deportivo. Dos días después de reunirse Amadeo Salvo, Kim H. Koh, Rufete y Nuno en Paterna para realizar un análisis del mercado para decidir si se reforzaban o no, el preparador dijo: «Esta semana es importante para el club, hay que tomar decisiones importantes para la estructura. Es una semana para tomar decisiones muy serias que afectan a todos los parámetros del club». Según fuentes próximas a Nuno, cuando Rufete expuso una serie de jugadores para reforzar las bandas del centro del campo, no le gustó nadie. El ejecutivo de Benejúzar le presentó varias opciones trabajadas, así como la alternativa de fichar a futbolistas jóvenes de Sudamérica con una gran proyección, pero él también era partidario de incorporar sólo refuerzos que le dieran un salto cualitativo al equipo, de no ser así prefería tener un dinero en caja para afrontar inversiones posteriores. No hubo ningún cambio en el organigrama, pero la posición de fuerza que Peter Lim le otorgó a Nuno no se limitó a un simple mensaje.

Los contactos entre Jorge Mendes, Peter Lim y Nuno eran permanentes y poco a poco, la figura de Rufete „que seguía haciendo su trabajo de planificación reuniéndose con representantes„ perdía influencia. Su convivencia con el entrenador, por culpa de uno y otro, se consideraba inviable en un futuro inmediato. A Rufete le costaba aceptar la pérdida de su rol, circunstancia que podía entenderse si Layhoon Chan no le informaba de esa circunstancia, pero también le costaba asumir otra realidad: las reuniones que tenía Nuno con el propietario.

El 15 de abril, con Peter Lim y Jorge Mendes en la ciudad de Valencia, se produjo una reunión con Nuno. La noche anterior Rufete había estado cenando con el propietario, junto a otros empleados del club. Una parte consideró la cita en el hotel Westin como de planificación, ese día entre otros aspectos se habló de la incorporación de Joâo Cancelo. Desde el punto de vista de la Dirección Deportiva, se valoró el hecho como un encuentro entre el técnico con su agente. Dos percepciones de una misma realidad. Y ese día tampoco estuvo Amadeo Salvo. Ninguna de las partes dio un paso para limar asperezas, es más, cada uno de ellos defendía su parcela con fuerza en una especia de «guerra de egos» que no podía acabar bien. En lo único que coincidían Rufete y Nuno es en la siguiente reflexión: «Peter Lim es el jefe». Los dos trataban de evitarse, y aunque siempre se trataba de buscar un argumento para justificar que el hasta ayer Mánager general deportivo del club viajara a domicilio por su cuenta en lugar de hacerlo con la expedición, en salidas como la del Camp Nou, por ejemplo. O no ver en directo un partido que podía ser determinante en Mestalla para alcanzar el objetivo de la Champions, ante el Celta, priorizando acompañar al filial. Luego, si sumaban los tres puntos, habría una cena con Peter Lim. No se produjo.

Amadeo Salvo sí tenía un contacto periódico con el propietario del club, y ejercía de enlace con Rufete, pero los hechos eran sintomáticos de que la situación no era la ideal. En el último partido de Liga en Almería, Rufete no viajó junto al resto de la expedición, prefirió la soledad a verse cara a cara con Nuno y evitarse. Antes del encuentro hubo una reunión entre Peter Lim, Layhoon Chan y Nuno para continuar con la planificación, en ella no estuvo Rufete ni tampoco Amadeo Salvo, que dio un paseo junto a su hijo por los aledaños del hotel. Entre bambalinas se habían producido unos hechos en los que la opinión de Rufete no se tenía en cuenta: él no era partidario de invertir tanto dinero en el fichaje de Joâo Cancelo, por ejemplo, por el que se pagaron 15 millones de euros. Pero la operación se llevó a cabo.

Paralelamente, Rufete contactaba con agentes para cerrar operación, como ocurrió con Imbula, con el que se llegó a un principio de acuerdo a expensas de la negociación con los clubes. El 8 de junio, en la Ciudad Deportiva, se produjo una reunión entre Amadeo Salvo, Rufete, Nuno y su ayudante Rui Silva, a los que se sumaron Joan Salvans y Ayala. Cada parte expuso nombres de las posiciones a reforzar. La cita podía verse desde un punto de vista de «transición» hasta que Lim aprobara las operaciones, pero desde que Nuno y Rufete salieron, cada uno inició sus gestiones, hasta que el 12 de junio, Rufete y Amadeo Salvo se enteraron por las redes sociales que el Valencia CF había alcanzado un acuerdo con el Sao Paulo por Rodrigo Caio. La crisis estalló, y tras una conversación que tuvo con Layhoon cara a cara, Rufete dejó de ejercer «sus funciones» a la espera de la reestructuración deportiva que comenzó a realizarse ayer, y que también significó la salida presidencial de Amadeo Salvo. En su día fue su gran valedor y ahora abandonan los dos el club.