André Gomes está empeñado en acortar plazos. Quiere reaparecer cuanto antes. Y para ello trabaja sin descanso. Ayer, fue el único jugador que no se desplazó hasta Viena para disputar el primer partido de la temporada. Se quedó en Salzburgo trabajando. El internacional portugués no está para perder el tiempo. Tenía ganas de ver el debut en directo de sus compañeros, pero el jefe de los servicios médicos del Valencia, el doctor Juan Albors, decidió en consenso con el jugador que lo mejor era ahorrarse los 600 kilómetros entre la ida y la vuelta en carretera y quedarse en Salzburgo. Y así fue.

André, siempre con una sonrisa en la boca y con el ánimo muy alto a pesar de no haber podido disfrutar de vacaciones, se marchó al césped de la Red Bull Akademie para proseguir su recuperación y seguir dando pasos adelante. Lo hizo en compañía de Jordi Sorlí. El recuperador será su sombra durante las próximas semanas. De momento, ya se ha convertido en su mejor socio en Austria. Pasan una media de cinco horas juntos cada día. Tanto en el gimnasio y la piscina, como en el césped.

Jugador y recuperador podían haberse quedado perfectamente en Paterna, pero Nuno decidió que André podía hacer el mismo trabajo en Austria. Lo que pretendía el entrenador y el médico es que estuviera arropado por sus compañeros y, aunque solo fuera mentalmente, se sintiera más cerca del equipo. Esta primera concentración de la temporada ha coincidido con el inicio de la segunda fase de recuperación. Se le llama la fase de readaptación.

André ha comenzado a aumentar las cargas de trabajo suavemente para que no se resienta su tejido muscular. No solo hace carrera continua sobre el césped. Trabaja con picas para reforzar las articulaciones, con pelotas de goma y, sobre todo, mucho sacrificio. Nuno está pendiente de él. No le quita el ojo. Le está dando cariño porque sabe que lo necesita. También su compañero de habitación, Vezo. «Nos llevamos una desilusión por la derrota en la final del Europeo, pero ahora lo importante es que él esté bien».

De momento, su cara habla por si sola. Está contento. Como él dice, «cada vez me siento mejor».

El luso empieza a ver la luz en el túnel en el que se había convertido su lesión contra el Celta en el penúltimo partido de la temporada. El pasado lunes, antes de volar, se sometió a una resonancia de control con los mejores resultados que daba luz verde al inicio de la segunda fase. La siguiente ya será ver a André Gomes incorporado al grupo. Aunque, la previsión es que lo haga de forma progresiva.

Si todo va bien, en la concentración de Alemania a finales de mes estará dando sus primeros pasos con el grupo para, tres o cuatro semanas después, estar disponible para Nuno a pleno rendimiento. Llegará en septiembre, pero puede que sea el mejor fichaje del verano.