Mestalla mandó un mensaje muy nítido para Nicolás Otamendi y Nuno Espirito Santo, recibidos con una mayoritaria pitada en la festiva presentación anoche del Valencia. Se podrá decir que el defensa argentino y el técnico portugués también fueron aplaudidos o que el público de las presentaciones no es el habitual de los partidos de Liga, pero es innegable que a nivel popular sus figuras se han erosionado. A pesar de ser dos de los principales artífices de la notable campaña pasada realizada por el Valencia, la afición no ha pasado por alto algunas actitudes. La legítima pero indisimulable voluntad del central por abandonar el club, por un lado, o el impopular papel ejercido por el entrenador como responsable, subliminal, de la marcha de Rufete y un Amadeo Salvo que ayer regresó al palco. Lugar donde no estaba al i nicio Peter Lim, que llegó ya iniciada la presentación, pero sí pudo ver el partido completo.

La división de opiniones respecto a Otamendi era, en cierta manera, previsible, pero sorprendieron los silbidos a Nuno. Para lo bueno y lo malo, el técnico ha acumulado todo el poder en lo deportivo. Será el responsable de los éxitos del mismo modo que se quedará sin escudo si vienen decepciones. La final disfrazada de previa europea contra el Mónaco será, sin duda, un punto de inflexión en la trayectoria valencianista del luso. Y de ello deberá tomar nota la dirigencia singapuresa.

Los de Otamendi y Nuno fueron dos episodios aislados en una velada que, fiel a su tradición, fue entusiasta y festiva. En la presentación de los jugadores quedó demostrado hacia dónde van las simpatías en Mestalla. Sin duda, Paco Alcácer, Diego Alves y Parejo son los grandes ídolos, y recibieron las ovaciones más atronadoras junto a Barragán, Mustafi, Gayà, el gran Espanyeta y... Negredo. El delantero vallecano, caído en desgracia para Nuno, fue el primer jugador coreado. Persiste el convencimiento, una fe ciega, de que el mejor rendimiento del «Tiburón» está por llegar.

La presentación tuvo una cuidada organización e impecable puesta en escena. Los jugadores, acompañados por equipos de la Academia, saltaron al césped seleccionando cada uno su propia melodía, entre luces y efectos de humo. Cabe decir que en la «play list» destacaron temas modernos y actuales, pero con excepciones. como Mat Ryan entró con la banda sonora de «Rocky», Rodrigo con latidos melódicos, Barragán con guitarreo flamenco, Piatti con «It´s my life» de Bon Jovi y Bakkali y Feghouli a ritmo de rap. Nota aparte para Javi fuego, que se distinguió con el célebre «It´s the final countdown» de los Europe. Así, uno a uno, fueron saliendo los futbolistas. Desde las promesas, „Djalo, Fran Villalba, Jaume Doménech„ a Yoel («el que nunca pierde la paciencia», según el speaker), Bakkali, Danilo Barbosa, aplausos crecientes con Santi Mina, Mat Ryan, Rubén Vezo, Joao Cancelo, Lucas Orban, Rodrigo, Enzo, De Paul, Negredo, Barragán, Mustafi, Pablo Piatti, Feghouli, André Gomes, el controvertido Otamendi, Gayà, Paco Alcácer, Diego Alves y Parejo. La puesta en escena se remató con el himno regional y una gigantesca senyera.

A las 19:07 horas el Valencia CF hacía su entrada en el estadio. Lo hizo con esa acertada costumbre de las últimas tres presentaciones, reuniéndose cuerpo técnico y jugadores en las oficinas para entrar juntos en Mestalla, con un cálido pasillo humano formado por miles de seguidores que les vitorearon. Era el anticipo de un nuevo curso en el viejo estadio.