La venta de Nicolás Otamendi se sitúa como una de las más importantes de la historia del Valencia, pero es también de las más cuantiosas a nivel de defensas centrales en toda Europa. En este sentido sólo es superada por la llegada de David Luiz al PSG procedente del Chelsea en 2014 por 49'5 millones de euros. El siguiente caso es el de Rio Ferdinand, que en 2003 abandonó el Leeds United por el Manchester United por 46 millones, cifra récord que no se superó con el fichaje por la Juventus de Thuram, hasta entonces en el Parma, por 41'5 millones. Suma similar a la que abonó el PSG al Milan por Thiago Silva en 2012 „42 millones„. El City pagará más por Otamendi que las cifras que pagó en su día el Madrid a Chelsea y Oporto por Ricardo Carvalho y Pepe, respectivamente.

A nivel valencianista, la salida de Otamendi es muy igualada a la de Gaizka Mendieta, que en el verano de 2001 abandonó Mestalla por 48 millones de euros en dirección a la Lazio. Una clasificación sujeta a debate. Primero porque en el caso Otamendi hay que añadir el valor de la cesión de Eliaquim Mangala. Y, por otro lado, el Valencia nunca llegó a cobrar por completo el traspaso de su capitán en sus dos finales de Liga de Campeones. Se ingresaron 30 millones y la Lazio saldó, cuatro años después, la deuda con la llegada al Valencia de Bernardo Corradi y Stefano Fiore.

En todo caso, el acuerdo con el City entra en el podio de las ventas millonarias del Valencia. La siguiente en importancia se remonta a 2010. Un club agobiado por las deudas traspasó a David Villa al FC Barcelona por 40 millones. El siguiente en la lista es Claudio López. El Piojo fue vendido en el año 2000 a la Lazio, por entonces uno de los clubes más poderosos del Calcio antes de su quiebra, por 35 millones de euros. Existen ciertos paralelismos en los casos del Piojo y Mendieta con Otamendi, ya que en aquellos casos el Valencia tampoco sentía una necesidad imperiosa de vender pero no pudo retener a sus estrellas, de moda en el continente por su rendimiento en la Liga de Campeones.

Ventas a la fuerza

En el año 2010, coincidiendo con el Mundial de Sudáfrica y semanas antes de la venta de Villa, el Valencia se deshacía por imperativos financieros de otra de sus grandes «perlas». David Silva recalaba en el Manchester City, donde todavía milita, por 33 millones de euros. A Juan Mata se le pudo aguantar una campaña más, y en 2011 fue traspasado al Chelsea por 27 millones. En ninguno de esos casos se hizo efectiva la cláusula de rescisión de los jugadores y el Valencia accedió a negociar.

Mathieu y Soldado, cláusulas

Más inflexible se mostró el club en los últimos grandes traspasos previos a Otamendi. Con Amadeo Salvo se tensaron al máximo las operaciones de Roberto Soldado y Jérémy Mathieu. Las conversaciones con el Tottenham y el Barça estuvieron a punto de romperse hasta que ambos clubes accedieron a abonar las cláusulas, de 30 millones en el caso del delantero y 20 millones por el defensor.