Cuando José Luis Gayà tenía 11 años, en 2006, fichó por el Valencia CF para jugar en categoría alevín. Sentía pasión por su club como siente actualmente, aunque lo que comenzó siendo un juego se ha convertido en profesión. Nada más acabar el partido explotó de alegría, tras los abrazos con sus compañeros buscó en la grada a varios vecinos de Pedreguer presentes en Mónaco, y rápidamente por su cabeza comenzó a visualizar momentos del pasado que le llevaron a emocionarse. El «14» es uno de los recién llegados a la Champions, últimamente se sentaba delante del televisor dispuesto a verse ahí algún día, pero en su infancia se perdió muchos partidos que jugaba el Valencia CF en la máxima competición continental porque le cogía por carretera, de vuelta a casa. Su padre sintonizaba la radio para escuchar los partidos, cantó algún gol durante el trayecto, pero ahora va a ser él el protagonista, algo que le emociona. No ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero son recuerdos que José y su familia tienen muy vivos, de ahí la emoción al abandonar el estadio Louis II de Mónaco.

«Más que un partido de Champions del Valencia CF, sí que recuerdo muchos viajes que hacía con 11 años desde la Ciudad Deportiva de Paterna a casa, al subirnos al coche poníamos Ràdio 9 y escuchaba muchos partidos de Champions porque eran entre semana y no los podía ver porque entrenaba», apunta José a Levante-EMV, antes de afirmar que «para mí, poder jugar la Champions con el Valencia CF, que es mi equipo de toda la vida, es lo máximo. Estoy muy contento y súper orgulloso de poder formar parte de este equipo y de esta gran familia, como se ha demostrado. Para mi es un orgullo estar en la máxima competición europea y más jugarla con mi club». Al otro lado de la pantalla del televisor a veces uno desconoce las emociones que puede sufrir en días como el martes, hay que vivirlo, y de la eliminatoria disputada frente al AS Mónaco, Gayà apunta que un momento muy especial es cuando por los altavoces del estadio suena el himno de la Champions. «Cuando suena el himno es algo muy especial, se te pone la piel de gallina porque es un himno que siempre has escuchado de pequeño por la televisión y poder vivirlo en primera persona con tu equipo es un sueño».

Hoy, el lateral izquierdo estará atento al sorteo de la fase de grupos que se celebra en Mónaco, pero lo hará con el orgullo de haber cumplido otro de los sueños que tenía cuando entró en la escuela del Valencia CF. No es fácil ir quemando etapas como ha hecho él, pero además convirtiéndose en una pieza clave para un equipo en el que es indiscutible. Aparte de su familia, Gayà también le quiso dedicar la victoria «a todo el valencianismo en general porque se lo merece». Como él, al que nadie le ha regalado nada pero realizando kilómetros, esforzándose al máximo y con la humildad como valor fundamental que le han inculcado sus padres, Gayà dejará de escuchar los partidos de Champions para jugarlos.