André Villas-Boas es uno de los técnicos más jóvenes de Europa, tiene 37 años, desde que llamó la atención de Robson cuando con sólo 16 años le sugirió que maximizara el rendimiento del futbolista Domingos Paciência fue formándose y tras un breve paso por la Académica de Coimbra, en 2010 asumió la dirección técnica del Oporto. Cuatro títulos en su primera temporada incitaron al Chelsea a abonar su cláusula de rescisión, fijada en 15 millones de euros, pero en Londres no logró mantener el brillo que hasta ese momento tenía su currículo. No acabó la temporada como técnico Blue, pero siguió en la Premier dirigiendo al año siguiente al Tottenham, donde también fue cesado, y a la campaña siguiente firmó por el Zenit. El club ruso quería renovarle, pero él ya ha dicho que no continuará, falta ver cómo reaccionan los jugadores.

Desde que alcanzó los cuatro títulos con el Oporto no ha podido repetir tal gesta, pero él sigue fiel a su libreta, y entre sus pilares principales figura el de la comunicación con sus jugadores. Es una persona muy próxima a ellos, yendo más allá de situaciones estrictamente deportivas, de ahí que sea frecuente verle hablar con jugadores sobre aspectos personales. Nunca ha tenido problemas de comunicación, faceta en la que se parece a Nuno por el elevado número de idiomas que habla; francés, castellano, portugués e inglés. Es un técnico muy comunicativo, al considerar que conociendo al máximo detalle a sus jugadores les puede sacar un máximo rendimiento.

Sus entrenamientos predominan por el trabajo con el balón, al que recurre también a la hora de realizar los ejercicios físicos. Y en el plano táctico, le dedica una buena parte del tiempo en los entrenamientos pero sin ser estricto, es flexible a la hora de utilizar planteamientos tácticos y no es un obsesivo en las acciones de estrategia. Ese es el manuel de trabajo de Villas-Boas y con el que quiere ganar al Valencia CF.

Ya se han vendido 24.000 entradas

No va a ser fácil superar al Valencia CF en Mestalla, equipo que sólo ha perdido uno de sus últimos once partidos de Champions disputados ante su afición, que fue precisamente el último, al caer frente al PSG por 1-2 el 12 de febrero de 2012. Tras el gesto que ha tenido la entidad de incluir la eliminatoria de octavos de final —en el caso de superar la fase de grupos— en el pack de Champions, el estadio comienza a tener mayor afluencia y cuando ayer por la tarde se cerraron las taquillas se habían vendido un total de 24.000 entradas. Nuno y los jugadores confían en una mayor afluencia, al considerar que forman el binomio perfecto para el éxito.