­Sin supersticiones sobre el césped, Jaume sí que tiene sus particularidades manías cuando está en casa a la hora de dormir. Cada uno es como es, y lo que sí repite cuando sale del hotel de concentración hacia el estadio es escuchar música house o reggaeton. Si escucha por la radio una canción que le agrade, rápidamente se la descarga para tenerla siempre presente. En su casa tiene a buen recaudo la camiseta de su debut con el Valencia CF en Primera, en Gijón, pero de momento no se ha intercambiado ninguna con sus colegas de profesión. No es una situación que le llame la atención, en cambio sí preferiría tener una conversación de cinco minutos con un guardameta al que admire.

Ser a día de hoy el portero titular del Valencia CF no ha cambiado sus hábitos. Se levanta y de ahí hacia la Ciudad Deportiva a entrenar, regresa a casa a comer, y tras una siesta suele realizar estiramientos y dar un paseo, culminando la jornada viendo una película, una serie o leyendo un libro. Por su casa siguen pasando los mismos amigos de siempre, sin celebraciones, porque aún no ha logrado nada, como él mismo repite. Ese cariño también lo percibe de la gente, que aunque ahora le piden más autógrafos, desde el primer día le han tenido bien presente, animándole a pelear por su sueño.