El Valencia, que no atraviesa un buen momento de juego y resultados en el inicio de esta temporada, ha acusado un bajón en su rendimiento durante las segundas partes de sus encuentros, en los que se ha mostrado falto de ideas tras haber completado primeras mitades aceptables. El último partido en el que el conjunto valenciano rindió a un buen nivel tras el descanso fue el disputado en Mestalla ante el Zenit de San Petersburgo, en la primera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones.

El partido llegó al descanso con ventaja del conjunto ruso por 0-2, pero el equipo de Nuno fue capaz de empatar, aunque al final perdió por 2-3 en un choque en el que no mereció la derrota. Sin embargo, a partir de ese encuentro, el Valencia ha ofrecido su peor cara en las segunda mitades de los partidos, incluso en aquellos en los que finalmente ha conseguido la victoria.

Esta tendencia quedó marcada por primera vez con el empate sin goles en Mestalla ante el Betis, con el agravante de que el conjunto valenciano jugó desde el minuto 47 con una superioridad numérica que no aprovechó tras la expulsión de un jugador bético. Tras ese encuentro, el Valencia ofreció la peor imagen de la temporada en su visita al Espanyol (1-0) en un choque en el que recibió el gol a mitad del primer periodo y en el que no dio signos de recuperación tras el tanto recibido, especialmente en el segundo periodo en el que fue incapaz de reaccionar.

La misma sensación dio el equipo en sus dos victorias recientes, ambas por 1-0 en Mestalla ante el Granada y en Lyon en la Liga de Campeones.El Valencia marcó antes del descanso, pero en la segunda mitad el equipo no estuvo a la altura de la primera, por lo que las buenas intervenciones del portero Jaume Doménech, sobre todo en el partido europeo, fueron fundamentales para que el equipo, aunque con apuros, sumara los puntos.

El encuentro de San Mamés ante el Athletic fue el último ejemplo de esta dinámica, ya que el Valencia se adelantó en el marcador y ofreció una imagen aceptable durante la primera mitad, pero en la segunda estuvo completamente a merced del contrincante.

Un primer análisis de esta situación puede hacer pensar que el equipo se debilita físicamente más de lo debido a medida que avanza el encuentro, aunque también es posible que los cambios no contribuyan a asentar al equipo, sin olvidar que el rival, cuando va por detrás en el marcador, tiene la obligación de buscar el gol.

En las segundas partes el Valencia no crea muchas ocasiones de gol y en Bilbao tan solo tuvo una oportunidad en las botas de Negredo, lo que no le da para cerrar los partidos o para al menos empatarlos cuando va por detrás en el marcador.

Ya en los primeros encuentros de Liga, en los empates ante el Rayo Vallecano y el Deportivo, el Valencia no avasalló al rival en el tramo final cuando necesitaba ganar, mientras que también pasó apuros en Mónaco en la eliminatoria previa para acceder a la Liga de Campeones. Tras el 3-1 en casa y la ventaja por 0-1 en Mónaco gracias al gol de Negredo al principio del encuentro, todo parecía encaminado, pero al equipo todavía le tocó sufrir hasta el final para clasificarse tras perder por 2-1.