¿La goleada en Vigo es un oasis dentro de los resultados irregulares o va a significar un punto de inflexión? Cuando la plantilla viajó a Galicia, horas después de haber realizado seguramente el peor partido de la temporada, la sensación que tenían los futbolistas era muy negativa. «Este no es el camino, algo hay que cambiar», era una de las reflexiones más comunes en el vestuario, que no creían en lo que hacían. Y ese es el peor síntoma que puede tener un profesional, ver cómo se trabaja con un objetivo sin obtener la recompensa del resultado. Poco a poco la situación sufre un desgaste, de ahí las grietas que se habían abierto entre Nuno y sus jugadores, hasta que en un momento muy peliagudo, el técnico decidió cambiar su apuesta, con el consentimiento de los futbolistas, obteniendo una reacción que ha cambiado la cara totalmente de un Valencia CF convencido de ir hacia arriba.

Nuno ha reaccionado a tiempo. A pesar de que la gran mayoría de integrantes del plantel es el mismo que en el ejercicio anterior, el entrenador portugués sí que optó por una variante táctica al considerar que cada vez era más difícil sorprender al rival. Retrasó unos metros la línea de presión, por lo que cuando se recuperaba el esférico había muchos metros para llegar al área rival. Cuando paró la competición en el mes de octubre, Negredo se sinceró en público: «creo que jugaba lejos de la portería». Desde aquel día no ha vuelto a ir convocado, aunque Nuno defiende en público que la decisión se tomó con anterioridad y la basaba en argumentos deportivos, pero los compañeros del «Tiburón» secundaban en privado esa reflexión. Nuno insistía en su idea de juego. No es que sea cabezón, pero creía en su manual de juego, «no» el vestuario. Respecto al ejercicio anterior había bajado considerablemente sus registros goleadores. Antes del partido de Balaídos el Valencia CF sumaba 11 goles, por los 23 en las diez primeras jornadas del campeonato anterior, Nuno afirmaba que era una cuestión de «efectividad» y lo podía argumentar con datos. Sus futbolistas veían algo más detrás.

Salir al terreno de juego a «especular» obliga a tener sobre el césped a futbolistas muy inteligentes tácticamente para tomar las decisiones correctas, circunstancia que no iba de la mano al ser la plantilla más joven de Primera. La bisoñez no era compatible con esa buena lectura táctica, pero aparte, se veían carencias a la hora de defender y atacar en conjunto. No se veía un bloque. Y es ahí cuando se produce la charla de Nuno con los capitanes de la plantilla, desvelada por Superdeporte, en la que le apuntan que al equipo le va mejor «ir a jugar arriba». Con ello el Valencia CF recuperó el balón más cerca, Alcácer no tiene que recorrer tantos metros para armar su disparo a puerta, las bandas corrían mucho tanto hacia adelante como hacia atrás… Los jugadores no eximen que ante el Celta hubo momentos clave que acabaron siendo determinantes, como marcar en el último minuto del primer tiempo y en el primero tras el descanso. Pero el gesto del técnico con ellos, viendo cómo era el camino ideal para ganar, les cambió el semblante, subió la motivación al optar por una vía que les había funcionado la temporada anterior, y tampoco resultó extraño que en el once inicial, diez de ellos ya estaban en la plantilla el ejercicio anterior, con los conceptos muy claros.

Dentro de la importancia que tiene para la plantilla recuperar esa ilusión y fe en el trabajo que hacen, los futbolistas vuelven a creer. Nuno les felicitó públicamente y valoró a los futbolistas el buen partido que hicieron en Vigo, pero ahora deben darle continuidad evitando que el 1-5 sea sólo un buen partido aislado. La línea a seguir la tienen clara, Nuno cambió, y el equipo demostró que si no salen a especular… rinden más.

Aún no se ha logrado sustituir el liderazgo de Otamendi

Alejado de los focos, tanto Nuno como gran parte de los futbolistas que estaban en el equipo la temporada pasada, consideran muy importante la baja de Otamendi. Tanto sobre el césped como a la hora de solucionar aspectos en el vestuario. Para presionar unos metros más adelante —como ocurrió en Balaídos— que en los partidos anteriores, eso conlleva que todas las líneas se avancen porque deben estar bien juntas. En partidos anteriores en los que el Valencia CF estuvo mal se detectaron muchos espacios entre la zona de creación y la línea defensiva, a pesar de los intentos de Mustafi en alejarse de la portería defendida por Jaume. Otamendi era el elegido para salir hacia arriba, e incluso había momentos en determinados partidos en los que parecía un pivote del centro del campo, anticipándose más para los robos de balón. Si no se dejan espacios entre la defensa y la media, el rival no tiene facilidades para llegar.