La derrota del Valencia en San Petersburgo (2-0) ha levantado las alertas en la propiedad del club de Mestalla, consciente del duro golpe que supondría para su economía una pronta eliminación del equipo de la Liga de Campeones. Hay motivos para la preocupación, ya que el perjuicio por quedarse fuera de las rondas eliminatorias de la Champions estaría entre los 5 y los 10 millones de euros. El club estimó en su presupuesto un ingreso de 40,5 millones por competiciones esta temporada. Si no pasa de la fase de grupos, no superaría los 20 millones. Sumando el resto de beneficios por la Liga y la Copa „donde el equipo se estrena la próxima semana ante el Barakaldo„, el Valencia no llegaría a lo estimado si no alcanza, como mínimo, los octavos de final. Sólo podría cubrir lo presupuestado en esta partida si llegase a la final de la Liga Europa. O la ganase. No hay que olvidar que el club accedería directamente a los dieciseisavos de final de la antigua Copa de la Uefa si finalmente no sigue adelante en la Champions.

Pero el principal desasosiego de la propiedad del Valencia mira más allá del presente de la competición europea. La crisis de juego y resultados, con la cabeza de Nuno pendiente de un hilo, cuestionan la capacidad del equipo para quedar entre los cuatro primeros a final de la campaña. Quedar por debajo pondría en peligro la financiación de la entidad, a falta de que Meriton realiza la anunciada ampliación de capital de 100 millones de euros.

El propietario del Valencia sólo contempla al equipo blanquinegro en la Liga de Campeones desde esta temporada. Según lo previsto por el empresario singapurense, el club debe competir en la máxima competición continental en la próxima década, sin margen para el error. Un pronóstico muy optimista pero que se refleja en los ingresos previstos, a los que se sumarían, a partir de 2018, los relativos a la explotación del nuevo Mestalla. Eso fue, al menos, lo calculado una vez firmada la compra de la entidad a la Fundación Valencia CF.

El proyecto del empresario singapurense en el Valencia contempla, como es lógico, la obligación de dejar instalado al equipo entre los cuatro primeros de la Liga de forma ininterrumpida. Las previsiones económicas de Peter Lim en el club de Mestalla dan por hecho que el Valencia va a dar de forma definitiva un salto cualitativo, para acercarse más a la estela que dejan el Real Madrid y el Barcelona, acercarse al rendimiento deportivo del Atlético de Madrid y poner tierra de por medio con los otros equipos aspirantes cada año a clasificarse para la Liga de Campeones, el Sevilla y el Villarreal. Sólo así se explica la seguridad con la que el nuevo dueño aterrizó en en el club de Mestalla.

Lim, eso sí, se cubrió bien las espaldas en caso de que su plan fracasara. Se quedaría con los derechos de «sus» futbolistas en caso de vender las acciones, así como no tiene ningún límite para traspasar la propiedad cuando así lo deseé.