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Un futuro incierto

Un futuro incierto

La eliminación del Valencia no ha sido un accidente inesperado. Lo sucedido se podía pronosticar porque no se han podido tomar más decisiones erróneas en un año. Para explicar la historia, en ocasiones conviene comenzar por los fenicios porque otros acontecimientos están demasiado cercanos. Todo comenzó con las maniobras de Amadeo Salvo y la complacencia de don Aurelio Martínez, que fue más consentidor que el poseedor del cipote de Archidona, como exaltó Camilo José Cela. El equipo de Lim va de derrota en derrota hasta el desastre final. Ahora, más que nunca, el futuro de la sociedad es muy incierto.

La venta a Peter Lim no ha traído los grandes expresos europeos como se prometía. Desde el primer día se trabajó en contra del club. A la ruina económica se le puso parches con la compra a plazos que hizo Lim y las facilidades de Bankia. Las primeras medidas fueron motivadas por la influencia de Jorge Mendes, socio de Lim. Con Rufete y Ayala se ficharon jugadores muy interesantes que reforzaron el equipo de manera inequívoca. La destitución de ambos posibilitó maniobras como la de vender a Otamendi, por cinco millones menos de los que figuraba su cláusula. A cambio se ficharon dos centrales que no serán jamás la fortaleza del argentino. Ni siquiera los dos juntos si se pudieran alinear doce futbolistas.

Otamendi fue vendido para compensar la compra de Negredo por 30 millones de euros, lo que fue operación de gran riesgo y no por la calidad del jugador. El peligro estuvo en el agujero en caja. La administración Lim con el consejo de Mendes se dedicó a contratar futbolistas ninguno de los cuales vale el dinero que se invirtió. Danilo, Rodrigo, Enzo Pérez, Abdennour, Santos y Cancelo no valen la mitad de los que se pagó. Sólo André Gomes aporta calidad al equipo. El fichaje de Ryan fue rizar el rizo dado que ningún técnico se había dado cuenta de que en el club estaba Jaume, cuyo éxito y constante progreso ha sido posible por la lesión del australiano.

El despido de Nuno fue obligado porque al margen de los resultados no conducía con mano izquierda la plantilla como demostró en el caso Negredo. La sustitución ha sido otro brindis al sol. Lim, que ya incorporó a Phil Neville, ha traído al Valencia a su hermano, Gary Neville, jugador de gran prestigio en el Manchester United, pero que como entrenador es misacantano. Ha debutado en el Valencia. Su única experiencia la tiene como ayudante del seleccionador inglés, cargo que por cierto, se ha anunciado que compatibilizará.

El nuevo entrenador sólo habla inglés. Su hermano apenas chapurrea el español. Para equilibrar la balanza se ha recurrido a Angulo para el equipo técnico. Angulo no habla inglés. Será curiosa la comunicación entre técnicos y plantilla.

Lim ha anunciado la ampliación de capital en la que me temo que solamente su dinero acudirá a la misma. Para los valencianistas no creo que ello desate entusiasmos indescriptibles. La ampliación que pudo haber sido la salvación, la planteada por Manolo Llorente, se quedó sin cubrir y de ahí los títulos que acaparó La Fundación y que fueron los vendidos, a plazos, a Lim.

Posdata. Con la creación de la sociedad anónima, con la presidencia de Arturo Tuzón, hubo peleas por adquirir acciones. Ahora, no caerá esa breva.

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