La cordialidad que se profesaban el Villarreal y el Valencia a principios de la década anterior es cosa del pasado. Aquella relación especialmente amistosa, casi amorosa, se ha ido tornando en una rivalidad directa con el paso de los años. A dos días de que ambos equipos vuelvan a verse las caras en El Madrigal, no queda rastro de aquellas fiestas de «germanor» prepartido, marcadas por las tracas y las paellas. Lo restos se diluyeron en 2012, cuando el Valencia no tuvo compasión del «submarí groguet» en la penúltima jornada de Liga. El Villarreal visitaba Mestalla con la permanencia en juego. El empate servía a los dos: a los blanquinegros, para ser terceros; a los amarillos, para salvarse. Ajeno a todo eso, Jonas marcó en el último minuto y el club castellonense terminó bajando a Segunda. ¿«Germanor»? Todo lo contrario.

«De aquellas fiestas del comienzo, pasamos a visitar sólo la sede de las peñas, pero desde que hubo cambio de presidenta ya ni eso», explica Blas Madrigal, presidente de la Agrupación de Peñas del Valencia CF, que recuerda la discusión entre Paco Roig y Manuel Llorente en el palco de El Madrigal, en 2010, como un ejemplo de la ausencia de cordialidad. Fernando Roig, hermano del primero, tuvo que pedir disculpas a Llorente y a los consejeros del Valencia allí presentes.

Después de haberse visto las caras varias veces en la Copa„en 1986, el Villarreal, entonces en Segunda B, eliminó al Valencia en los penaltis„, ambos equipos pasaron a ser «rivales» con el ascenso de los castellonenses a Primera en 1997. Desde entonces, sus partidos en todas las competiciones arrojan un balance de 17 victorias del Valencia, por 10 empates y doce triunfos del «submarí groguet». Los valencianistas han marcado 61 goles y han encajado 50. Desde entonces, ha pasado de todo en los enfrentamientos entre ambos equipos. Los vínculos, al principio, eran más estrechos que una simple «germanor». Casi llegaron a ser filiales. El Valencia oteó en El Madrigal el emplazamiento perfecto para que sus jóvenes promesas crecieran futbolísticamente. Así, futbolistas que después resultaron piezas claves en los éxitos del Valencia, como Albelda, Angulo o Palop, se fraguaron en El Madrigal.

Tras años de una rivalidad muy descafeinada, llegó un momento inesperado: ambos equipos se cruzaron en las semifinales de la UEFA. Un solitario gol de Mista, de penalti, llevó a los de Rafa Benítez a la final de Goteborg y dejó al equipo de los Riquelme, Belletti, Coloccini, Anderson y Reina con la miel en los labios. Los valencianistas saldrían victoriosos en los octavos de final de Copa más tarde, mientras que el Villarreal se tomaría cumplida revancha en la misma ronda de la campaña 2010/11, con remontada en el Madrigal. El Valencia replicó en Liga con recordado 5-0 del 10 de abril de 2011, con cuatro goles en veinte minutos. Sin embargo, la mayor afrenta hasta la fecha llegaría el 5 de mayo de 2012, con aquel gol de Jonas en Mestalla. El Villarreal, que culminaba una segunda vuelta de temporada desastrosa, bajó en la siguiente jornada después de darse una carambola de resultados desgraciada.