Los hermanos Gary y Phil Neville tienen encandilados a los futbolistas del Valencia, agradecidos con el nuevo orden que han establecido los dos entrenadores del equipo. Más allá del cambio de costumbres, tanto en los entrenamientos como en las rutinas que afectan a la vida diaria de los jugadores, los técnicos ingleses se han ganado la admiración del grupo con sus gestos. La llegada de Gary, el mes pasado, ha confirmado lo que ya adelantó su hermano pequeño desde el puesto de ayudante: un respeto sagrado por el futbolista y por los códigos del vestuario que han aplicado con un estilo propio, muy identificado con la sangre británica que corre por sus venas. «En este grupo hay mucho talento. Son los mejores», ha repetido Gary desde su llegada, en una muestra de absoluta confianza hacia sus pupilos.

A los Neville se le respetó desde el primer día por sus excelsos currículos como futbolistas, curtidos ambos en un club insignia como el Manchester United. Ahora se les empieza a venerar como gestores del grupo. Gary se ganó el respeto de todos el día que se presentó en Mestalla, en la grada, mientras Voro dirigía al Valencia ante el Barcelona (1-1). desde el banquillo.

Al término del partido, no bajó al vestuario, en una muestra de respeto hacia el técnico interino y a su nueva tropa.

Gary ha roto con la rutina establecida por Nuno Espírito Santo durante 16 meses, cuya relación con parte del vestuario de había deteriorado esta temporada. Pese a saludar uno a uno a los jugadores antes de los entrenamientos, los bostezos eran constantes en sus frías últimas sesiones en Paterna. Se respiraba una cierta indolencia y una mecanización del trabajo en los campos de Paterna. El mayor de los Neville ha recuperado, desde el primer minuto, el contacto con el balón. Y, junto a su hermano, dirige intensas sesiones tácticas, prácticamente olvidadas en la etapa del portugués. Lo hacen con energía, involucrados en las jugadas como un futbolista más.

Más allá de la reintegración de Negredo en el equipo, el entrenador del Valencia ha sacado de la tristeza a otros futbolistas. A Santi Mina y a De Paul, principalmente, quienes han mejorado considerablemente sus prestaciones. Su desafío, ahora, es recuperar definitivamente a Rodrigo.

La interactuación de los Neville es habitual, ahora, en las sesiones teóricas. Gary, un tipo extrovertido, pidió la participación de sus jugadores desde el primer día. También ha racionalizado los últimos entrenamientos de la semana. «No se pueden entrenar cuatro horas antes de un partido. Esa intensidad no sirve, hay que buscar otros caminos», dijo hace unas semanas. En un gesto prácticamente inédito, dio descanso ayer a sus jugadores, a sólo dos días del duelo de mañana ante la Real Sociedad.

Nada más aterrizar en el club, el mayor de los Neville regaló un ordenador portátil a cada futbolista. Todos están conectados a un servidor, donde comparten la información. Se añade una aplicación en la que ofrece recomendaciones personalizadas. Una herramienta más para desbloquear el problema del idioma, un obstáculo más pequeño gracias a que Phil es quien le hace de «intérprete» en los entrenamientos. Y que gana en dinamismo con la utilización de un chat que permite compartir mejores y experiencias a jugadores y técnicos.