El Valencia es el segundo equipo de la Liga BBVA que más remates recibe, sólo por detrás del Sporting de Gijón. Un dato que refleja friamente el estado de debilidad del equipo al término de la primera vuelta, sobre todo si se comparan con los de la temporada pasada a a estas alturas del calendario: le han rematado casi cincuenta veces más (224 de entonces frente a las 271 ahora) esta vez. Sus cifras desnudan una verdad dolorosa: son números defensivos que pertenecen a la atmósfera de quienes luchan por evitar el descenso. Al Levante, colista, le han rematado 40 veces menos que al Valencia.
Los hermanos Neville, dos exdefensas británicos, tienen mucho trabajo por delante. Paradoja: tienen en sus manos al segundo equipo que peor defiende de la Liga. Y tienen motivos para seguir mimando a Jaume Doménech. Es responsable de que el equipo sólo haya recibido dos goles más que hace un año (17 frente a 19). La Liga lo eligió ayer como el mejor portero de la primera vuelta. Destaca su «brillante irrupción en el primer equipo» y sus «reflejos», así como «su capacidad para detener penaltis en los momentos comprometidos».
La gran involución defensiva del Valencia con respecto la temporada anterior tiene sólidas explicaciones. El equipo ha notado mucho en falta la marcha de Nicolás Otamendi, el futbolista que marcaba la línea hasta donde podía pasar el rival. Con el añadido de la química que le unió en el campo con Mustafi, ahora sin una pareja de baile definida. Ni Aderlan Santos ni Abdennour han dado la talla. Tampoco Vezo, desplazado a la grada en el último partido en Anoeta. El estado de Javi Fuego, el mediocentro que desahogaba el trabajo de los centrales y daba sentido a la salida del balón, es otro punto en contra. El asturiano está muy lejos de su mejor forma por unas molestias inguinales que han lastrado mucho su rendimiento en los dos últimos meses. Un caso parecido al de José Luis Gayà, cuyas prestaciones han bajado en la misma proporción.
Pero, más allá del rendimiento físico de los futbolistas, el problema defensivo del Valencia es funcional. Sólo así se explica, por ejemplo, como es el tercer equipo con más «balones perdidos». Un dato que dice mucho de sus dificultades para mantener la pelota en su poder. Falta de equilibrio, se llama a eso. El Barcelona y el Atlético de Madrid, comandantes de la clasificación, son los dos conjuntos que menos dejan rematar a sus rivales (177 y 183, respectivamente). El Levante es noveno en esta lista (231), muy cerca del Real Madrid (221) menos sólido de los últimos años.
