Álvaro Negredo lució ayer en Mestalla sus dos caras: la del futbolista bajo de forma al que el cuerpo no le responde y, por otra, la del delantero talentoso que es capaz de marcar un gol imposible en el momento más inesperado. Desgraciadamente para la grada, y para él, el suyo fue un partido marcado por su deficiente estado físico. El gol desde medio campo fue una luz entre las muchas sombras que demostró el futbolista vallecano. Un golpe de genio que maquilló la demostración general de impotencia de un delantero al que le urgen horas extra de trabajo en Paterna.

Gary Neville se ha empeñado, con razón, en recuperar a Negredo para la causa del Valencia. Pero su intento, de momento, no ha dado grandes resultados. El delantero vallecano necesita confirmarse con los goles, pero de forma continuada, como todos los atacantes. Negredo demostró ayer que le cuesta competir al máximo nivel, como en sus tiempos en el Sevilla o en el Manchester City. Es más mayor, es cierto, pero sus movimientos sobre el césped no corresponden con su edad (30 años). El delantero lo demostró ayer ante el Rayo: no tiene el punto de velocidad necesario para acompañar las jugadas de ataque, por lo que es raro que llegue al remate. Su lentitud se vio también en su torpe regate. Por dos veces se trastabilló, una ante el defensa Llorente y otra sin ninguna oposición, al intentar controlar la pelota ante la línea de cal. No es una cuestión de voluntad: a Negredo se le vio varias veces entre los defensas del Valencia en la ayuda para recuperar la pelota. Demasiados kilómetros, quizá, para un futbolista bajo de forma, al que le siguen sobrando peso con

respecto a sus mejores años.

Las fotos de Negredo la pasada pretemporada mostraron a un futbolista más fino al del anterior curso, que había cerrado con un balance de cinco goles. Y es cierto. Negredo perdió algo de peso este verano, pero no ha llegado a recuperar la esbelta figura que lució en el Manchester City. Marcó 9 goles en la Premier League antes de caer lesionado. En su primera temporada con el Valencia anotó cinco. Este año suma dos en la Liga, de momento. Defenestrado por Nuno, ha jugado menos de la mitad de minutos que Alcácer, pero su rentabilidad está muy lejos a la del torrentino, que ha marcado 9 goles.

Negredo demuestra su calidad a cuentagotas y es0 no es suficiente para el fichaje más caro en la historia del Valencia, club que pagó 30 millones de euros por él en verano de 2014. Sus últimas aportaciones anotadoras no sacian a la grada, que sigue esperando mucho más de él. Su hat-trick (con dos goles de penalti) en el partido de Copa ante el Granada, la semana anterior, apenas resolvieron algunas dudas sobre su rentabilidad. No sirvió, por ejemplo, para olvidar su fallo ante el Real Madrid en la última jugada del partido tres días antes. Tras darle la titularidad en el torneo copero, Neville le dio ayer cancha otra vez en la Liga. «Hay muchos partidos y necesitamos a todos los jugadores», dijo ayer el entrenador inglés después del partido. El encuentro, sin embargo, casi lo arregla Paco Alcácer, que esperó su oportunidad desde la el banquillo. Una vez en el campo, demostró estar por encima. Tiene más chispa, acompaña las jugadas y, lo que es más importante, tiene gol. Marcó un gol y el árbitro le anuló otro por un inexistente fuera de juego. Hoy no hay discusión que valga: el canterano está mejor preparado para ser el «9» del Valencia. Otra cosa es su calidad. Mestalla disfrutó ayer de un gol magnífico, con cierto parecido al decisivo tanto en Mónaco, en la previa de la Champions. En ninguno de los dos le hizo falta velocidad, ni regate. Sólo la perspectiva y el toque de genio de un delantero exclusivo que sigue lejos de su mejor forma.