«Estos son mis principios. Pero si no le gustan, tengo otros». La frase es de Groucho Marx. Pero también se le puede atribuir en estos momentos a Gary Neville. Porque desde su llegada a Mestalla, el entrenador del Valencia CF se ha caracterizado por sus continuas contradicciones entre palabras y hechos. En este sentido, la pérdida de credibilidad de Neville afecta no sólo a la afición sino, lo que es más preocupante, al vestuario. Atrás ha quedado aquella masiva convocatoria entre la hinchada para ver su primer entrenamiento hace dos meses. Ahora, Paterna vuelve a ser un solar. Sólo hay concentraciones de la afición para protestar por la marcha del equipo. Veamos algunas de las contradicciones del técnico inglés:

Desorientación táctica. Cada jugador del Valencia tiene un iPad. Con su correspondiente servidor en el que el entrenador inglés les cuelga sus misivas. Pero ambas partes, técnico y plantilla, no hablan el mismo idioma. Y aunque el lenguaje del fútbol es universal, no se entienden. Porque la desorientación táctica que evidencia el colectivo se traslada al césped. Primero fue adelantar la línea de presión. Luego, centrar el juego en la posesión del balón. Y, finalmente, tirar al equipo hacia atrás para juntar líneas y esperar al enemigo en casa.

Bajo estos parámetros, el Valencia CF no tiene un estilo de juego definido. Ni una idea que plasmar cuando salta al 105X70 de Mestalla. Sin brújula y desnortado, el once valencianista funciona a arreones de sus mejores futbolistas. Y tira de su calidad individual. Pero con eso no le alcanza para ganar. Sólo se empatan partidos.

Fichajes sí; fichajes, no. Gary Neville siempre ha defendido públicamente que no era necesario fichar a ningún futbolista para mejorar al Valencia en el mercado de invierno. Pero, con la boca pequeña, pedía a gritos la llegada de refuerzos. Al menos eso es lo que se desprende de las contrataciones de Siqueira y de Cherysev, ya que en su primer partido, el de Copa ante el Barça, ambos tuvieron la oportunidad de debutar pese a no estar en su mejor momento de forma. Y que en el encuentro de Liga contra el Betis, Siqueira y Cherysev incluso fueran titulares en detrimento de uno de los futbolistas franquicia del club: Gayà. En este sentido, los contrasentidos del entrenador también apuntan a Cancelo, del que dijo iba a ser el futbolista del futuro, y que se ha caído del once de forma incomprensible.

A vueltas con la capitanía. Con el brazalete, Neville también ha dejado descolocados a propios y extraños. Lo consensuó con Parejo y, de mutuo acuerdo, le quitó la capitanía para que el centrocampista se descargara una mochila de 20 kilos. Pero no estableció un orden jerárquico cuando lo hizo. Javi Fuego y Alves, los otros des capitanes, miraban atónitos. Primero fue Alcácer, quien todavía no tiene claro a quién le corresponde lucir los galones. Y luego fue Negredo, quien asumió esa responsabilidad. Ante la lesión de Alcácer, el siete lo luce en su brazo partido tras partido. Cuando el delantero fue sustituido en la Copa ante el Barça, fue Feghouli „que había entrado al campo por Danilo„, quien lo llevó.

El debate de la portería. Jaume se puso al servicio del Valencia CF cuando, por la lesión de Alves y Ryan, el equipo le llamó a filas. Y lo hizo bastante bien. Tanto, que fue el mejor de un equipo al que salvó partidos en más de una ocasión. Por eso, el hecho de que Neville lo elogiara primero, pero le quitara la titularidad en beneficio de Ryan después, tampoco le ha valido al inglés para ganarse adeptos en su plantilla. Y es que, hay un sector del vestuario, formado por pesos pesados del grupo, que le afea la decisión al entrenador. Porque, una de las leyes no escritas del fútbol, asegura que cuando las cosas van bien, es de obligado cumplimiento darles continuidad.

Dominio del escenario. No era muy partidario Gary Neville de dar continuas ruedas de prensa. Achuchado por los periodistas, y consciente de que, pese al idioma, el técnico tiene tablas y domina el lenguaje futbolístico, ha apostado por ponerse delante de la televisión „era comentarista de Sky Sports„ e incluso debatir y retar desde el púlpito a quien no piensa como él. Con esa facilidad para expresarse, no es de extrañar que tenga embelesado a Peter Lim.