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Off the record

Héroe en el olvido

Héroe en el olvido

Les propongo un ejercicio curioso para comenzar la semana. Por aquello de desengrasar. Ahora que el Valencia ha ganado un partido de Liga, podemos permitírnoslo. Que no sean todo dramas y estrecheces. Tengamos en cuenta que la goleada en Balaídos fue mucho antes, por ejemplo, del comienzo de Gran Hermano VIP o del inicio de las conversaciones entre políticos para formar gobierno. Crucemos los dedos para que la siguiente victoria llegue antes de la fumata blanca presidencial, que tiene pinta de ir para largo. A lo que iba. Abran la página del buscador que prefieran y tecleen estas tres palabras: Jaume salva Valencia. ¿Ya lo han hecho? Gracias. Observarán como inmediatamente su ordenador se inunda de enlaces a crónicas de partidos en las que el pasional cancerbero de Almenara proporcionó puntos para el equipo. Cambia el escenario o el rival -Sporting de Gijón, Levante, Olympique de Lyon, Granada, Eibar, Las Palmas-, pero el denominador común es siempre el mismo, en todas las entradas: Jaume Domènech. Relegado a la grada tras el retorno a la competición de (San) Diego Alves, el actual tercer portero del club de Mestalla merece hoy algo más que el olvido. Ahora que la bolsa escrotal de más de uno va bajando al sótano para recuperar su posición original, no sería justo que todos los focos sean para el guardameta brasileño, Álvaro Negredo o Denis Cherysev.

De todas las palabras del párrafo inicial, quisiera hacer especial énfasis en una: puntos. A estas alturas de la película, con lo meretrices que las hemos pasado haciendo cuentas y cábalas del calendario que le restaba al Valencia en la recta final de la temporada, las estiradas y manos milagrosas de Jaume tienen un valor incalculable. Suponen, como poco, un 25% del puntaje con el que cuenta en la actualidad el equipo de Gary Neville. Quizá pudo estar más acertado en alguna de sus últimas apariciones en el once, pero el ratio aciertos/errores es de largo, el mejor de toda la plantilla. Muy por encima de jugadores con un cero más en la ficha, esos integrantes del teórico pasillo de seguridad del once que, sin embargo, no merecen otro epílogo en el club que recibir la carta de libertad y una palmadita en la espalda.

Cometeríamos un error imperdonable si el árbol que constituye la remontada ante el Espanyol nos impide ver el bosque de una temporada patética, mal parida y peor planificada. Peter Lim tiene en nómina a determinados futbolistas que no pueden seguir en Mestalla un minuto después de terminar la Liga. Que pida ayuda a Mendes, a Doyen, a la divina providencia o a Pako Ayestarán. En su tercera etapa en el club, ya verán que poco tarda el de Beasáin en adquirir la consideración de hombre orquesta. Con su capacidad, lo mismo puede aconsejar a Neville con la pizarra que proponer alternativas a la preparación física a cargo del brillante Jordi Sorlí. Todo ello, claro está, aumentando las prestaciones de Miguel Ángel Angulo como traductor/enlace entre el entrenador y los futbolistas.

Lesiones de larga duración y planificaciones deportivas muy mejorables mediante, el entrenador que suceda a Neville contará con cuatro porteros en plantilla a fecha 1 de julio: Alves (2019), Ryan (2021), Jaume (2018) y Yoel (2018). Como quiera que García Pitarch debe estar ganándose la confianza de Peter Lim con fichajes como el de Cherysev, entiendo que será el actual director deportivo el responsable de tomar una decisión al respecto de la portería del Valencia el próximo año.

El asunto es peliagudo. Porque todos no caben y, fundamentalmente, porque tres de ellos han demostrado nivel suficiente como para ostentar la titularidad con absolutas garantías. Desde el punto de vista técnico, existe una opinión muy positiva al respecto de las características de Matthew Ryan. Destacan del australiano el dominio de todas las facetas que requiere su demarcación: balones aéreos, mano a mano, reflejos y juego con ambos pies. Habrá que ver la evolución física de Diego Alves en estos próximos tres meses pero, reconociendo su error en el gol de Duarte, sus portentosas intervenciones ante el Espanyol no invitan precisamente a pensar en un traspaso que precipite el relevo bajo palos.

Tanta competencia puede cerrar a Jaume Domènech la puerta del primer equipo 2016/17. Pero su caso no es el de un simple canterano que aparece de forma anecdótica en la Liga BBVA y se difumina con el paso de las semanas. Hablamos de un portero que ya ha demostrado sobradamente que su sitio está en Primera. Y, con el tiempo, en el Valencia. Que no se le olvide a nadie.

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