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Entrevista

Álvaro Cervera: "En el nombre de la afición se cometen muchas injusticias"

Tras repasar su trayectoria como futbolista y técnico, Álvaro expone sus pensamientos sobre la evolución del fútbol y el actual momento del Valencia CF

Álvaro Cervera: "En el nombre de la afición se cometen muchas injusticias"

El entrenador debe convivir con el fracaso.

El entrenador, cuando firma un contrato, sabe que está firmando su cese, lo que no sabe es la fecha. Muy pocos acaban sus contratos. Difícilmente no acaba mal a pesar de haber tenido muchas alegrías. Caso de Nuno, por ejemplo, que hizo un récord de puntos y metió al equipo en Champions y que, en dos meses, acabó. El jugador depende de sí mismo; el entrenador no. Hay cosas que no controlas y que marcan tu éxito o tu fracaso.

Ha dirigido en ocho equipos. ¿Toda esa experiencia le hace mejor entrenador?

He estado en juveniles, Preferente, Tercera, Segunda B, Segunda A y en Primera. Sí, me miro ahora y, respecto a cuando empecé, apenas se te escapaban cosas. Como jugador, veías a entrenadores que lo manejaban todo y a otros que no manejaban nada.

¿Y esa inexperiencia le ha pasado factura a Gary Neville?

Sí, ese aprendizaje se debe tener y ahora le han puesto un ayudante (Pako Ayestarán) para manejar el día a día porque había cosas que se le escapaban y que los jugadores lo detectan.

¿A quién admira como entrenador?

Mourinho maneja bien el vestuario, los partidos, hace mejores a los jugadores, o los hacía porque da la sensación de estar cansado. Ahora bien, lo que hace Mourinho, con perseverancia, se puede lograr. Pero a quien admiramos es a quien ha cambiado esto. Guardiola ha cambiado el fútbol. Cambió el Barça, pero también el Bayern y hará lo mismo con el City. Henry dice que Pep no va a la liga inglesa a ganar sino a reinar. Ha sido campeón en España, en Alemania y ahora quiere serlo en Inglaterra.

¿Pero en qué cambia Guardiola el fútbol?

Lo basa todo en una posesión de balón, con lo difícil que es eso, una posesión que a veces no lleva a ningún sitio más que al cansancio del contrario para, a la larga, ganar los partidos. La salida de balón: abre los centrales y baja un mediocentro, eso no lo había hecho nadie. Cruyff había puesto a Guardiola o a Milla por delante y Pep lo que hace es ponerlo por detrás. Son gestos que son difíciles de defender (yo me enfrenté a él dirigiendo al Racing) y que, aunque parezca mentira, cambian el fútbol. Guardiola no solo es un genio sino que es peculiar como persona: se va al Bayern y, cuando lo presentan, ya habla alemán.

¿Por qué decide ser entrenador?

Empecé con José Luis Oltra, que sí quería ser entrenador desde muy joven, y me di cuenta de que me mantiene vivo compartir el vestuario con gente joven de otra generación. Y me gustaba que cosas que tú pensabas, tenían después una plasmación en un campo. Me sentía otra vez útil en el fútbol. Me llenaba.

¿Qué le pasó en el juvenil del Villarreal?

Es el sitio donde cualquier persona que empiece, como jugador o entrenador, tendría que tener la suerte de pasar. Me enseñaron. Me pilló demasiado joven para entender que es una familia que rige los destinos y tu voz se tiene menos en cuenta. Y tuvimos algún encontronazo. Pero te dan la formación: lo tienen todo preparado para que seas mejor en todo. Te rodean de lo mejor para que tú seas mejor. Y eso no es así en otras escuelas.

Defina brevemente sus muchas experiencias. ¿El Castellón?

Fernando Gómez (director deportivo) confió en mí cuando yo estaba en mi etapa de formación. Ascendimos, pero vendieron el club y yo no contaba.

El Alicante.

Una experiencia muy mala. Llegamos con un presidente y, a los dos meses, pusieron a otro. Estando en puestos para ascender, me cesaron a mí y poco después a Fernando.

La Cultural Leonesa.

La Cultu fue para mí la experiencia vital. Yo a León no había ido en mi vida Es donde me hice entrenador. Quedamos segundos. Me creí que podía entrenar.

¿El Recre?

Muy buen cuerpo técnico y una oportunidad de empezar en Segunda. De un equipo de cantera de Tercera División, acabamos muy bien, labor de entrenador, de formar un equipo, de ahí salieron jugadores como Sergi Enrich (Eibar).

Y le llama el Racing, en Primera, para intentar salvarlo.

La consideraba mi casa, allí me formé como jugador. Mala experiencia. 12 partidos, no conseguimos ganar y descendimos. Tuve la sensación de que no me querían. El peor año como vestuario. Nunca conseguí llevarlo a buen puerto.

En Tenerife le pasó de todo.

Es un sitio del que no me gusta hablar. Me crié allí, tengo casa, mis padres murieron allí, ascendimos, mantuvimos al equipo y, en el último año, tuve que dirigir al equipo custodiado por la policía. Nunca lo entendí. Tuve que salir como a escondidas después de un trabajo magnífico. Llegué a estar bloqueado mentalmente, sin tiempo para pensar. No me gusta recordarlo .

¿Echa de menos entrenar?

Sí, ahora hace un año que dejé de entrenar en Tenerife. Y necesito entrenar. Te aburres y echas de menos ir a ver a 25 tíos con 20 años menos que tú que te enseñan cosas de cómo es la vida hoy en día, que tú les puedes enseñar cosas, y formar un grupo que luego se plasma en el campo... necesitas seguir haciéndolo para ser feliz. Yo, que soy bastante solitario, acabo aburriéndome.

¿Le han faltado oportunidades en Primera?

No, he tenido oportunidades, más que otros y menos que otros. Quizá he estado donde tengo que estar, en buenos equipos de Segunda B, en algunos de Segunda y, si llegara el día, en alguno de Primera.

¿La llegada de Ayestarán como segundo técnico del Valencia?

Raro, que a mitad de temporada se incorpore alguien tan importante al cuerpo técnico, pero creo que es bueno porque es un técnico del día a día, de entrenar, para eso está más avanzado que Neville.

¿Se le puede sacar más partido a esta plantilla del Valencia?

Es una plantilla de buenos jugadores con carencias grandes. La salida de Otamendi no se ha valorado bien. Fue el artífice de lo conseguido el año pasado. Se dejó una libertad que se está pagando. Si comparamos la parte de delante (Alcácer, Negredo, André Gomes) con la de atrás, la diferencia es demasiado grande. Un equipo donde el día de la presentación se le silba al entrenador y a los jugadores, difícilmente acabará bien. Es difícil darle la vuelta. La afición, cuando está unida, es la que manda en los clubes, para bien y para mal. Cuando quieren que alguien se vaya, se va.

¿Qué peculiaridad tiene la afición de Mestalla?

Los dos extremos. Es la que te ayuda a golear, pero no te ayuda a ganar. En el nombre de la afición se cometen muchas injusticias. Mucha gente saca la afición a pasear cuando se queda sin argumentos. La verdadera afición es la que, cuando van las cosas mal, se calla y se va. Eso de gritar «échale huevos» y «mercenarios» no ayuda nada.

Para los jóvenes jugadores no es fácil.

No, los jóvenes necesitan ayuda.

Si pudiera, ¿qué equipo entrenaría?

La Premier es la pureza del espectáculo: en el campo y la grada.

¿Qué fútbol le gusta?

Soy demasiado controlador. Me gusta que lo que pase en el partido pase por nosotros. Si nosotros estamos bien, el contrario no tiene posibilidad de ganar. Emery es el mejor entrenador español. Si yo tuviera un equipo mío, que hubiera que trabajarlo, preferiría a Emery antes que a Guardiola. Unai lo controla todo: jugadores, vestuario, al rival... le saca mucho rendimiento a sus equipos. Es un espejo en el que me gusta mirarme.

¿Luis Enrique manda en el Barça o las estrellas van solas?

El año pasado pasó algo en Anoeta, algo que nunca se sabrá. Él llegó como entrenador, pero en el Barça hay que ser especial porque tienes a los mejores del mundo, y hay que ceder tu mano a ellos.

¿Cómo ha evolucionado el fútbol en los últimos 20 años?

Los equipos italianos eran los poderosos: pero se han quedado en Gatusso, y nosotros hemos evolucionado hacia Iniesta, Modric e Isco. Lo que antes era competitivo, correr y destruir, pero ahora la creatividad le está ganando la partida.

¿Quién fue su ídolo?

No vi a nadie jugar como a Maradona. Y hasta hace muy poco pensaba que era mejor que Messi. Últimamente me hace dudar. Pero nadie puede ganar una Liga con el Nápoles y un Mundial con Argentina como hizo Diego.

¿Qué recuerda de Malabo, donde nació?

Nada. Mi hermano a veces se acuerda de algo. Salí de allí con tres años. Mis padre era funcionario y como aquello era español, trabajaba allí. Me fui a Tenerife con seis años.

¿Qué futbolista fue?

Era un futbolista que lo basaba todo en la inspiración. Si volviera a nacer lo cambiaría totalmente, no tenía respeto al entrenamiento duro ni a comer bien, nunca pensé que podrían mejorar el rendimiento. Y ahora me doy cuenta de que mejoran muchísimo. Fui un jugador rápido, zurdo, buen uno contra uno, visión de juego, que podía jugar en cualquier parte del ataque.

¿El mejor entrenador?

Hiddink, porque cambió el concepto de fútbol. Para él el fútbol era alegría, estado de ánimo, estar a gusto. Me di cuenta de que en el fútbol se podía disfrutar. Serra Ferrer me enseñó que la rectitud es buena, pero no llegada a sus extremos.

¿Lo más extraño que ha visto en un campo?

Ver gente vomitando de los nervios. Ese chico que gana mucho dinero... hay una imagen idealizada del futbolista. Pero hay personas que juegan muy bien al fútbol (que están en Segunda B o Segunda), pero no son futbolistas. Los primeros no soportan la presión.

¿Su mejor gol?

En Bilbao, 1-4, un pase de Fernando, que me pasa por encima, levanto la pierna, la paro en seco y la levanto en vaselina al palo contrario del meta Valencia.

¿Cómo definiría a Mijatovic, Penev y Fernando?

Lubo era un gran profesional y un grandioso futbolista. Lubo tenía un cuerpo para jugar, Pedja, velocidad, Fernando se sale de la norma. No tenía nada más que inteligencia. Pero era tan bueno como los otros dos. Y esa inteligencia le hizo meter más de 100 goles, aunque es poco reconocido por esta sociedad a la que le dio todo.

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