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El fútbol se mueve por sensaciones y el futbolista del Valencia Dani Parejo lo sabe muy bien. Acaba de vivir dos meses horrorosos, en los que, seguro, deseó en algún momento hacerse pequeñito y esconderse entre las briznas de hierba de Mestalla. Dos goles en dos partidos consecutivos (ante el Rapid de Viena y el Granada) le han devuelto a su tamaño natural. Ha recuperado el aliento, la vida. El «10» del Valencia, con todas las responsabilidades que conlleva lucir ese dorsal en la espalda, ha recobrado la confianza después de atravesar el túnel más oscuro desde que aterrizó en Mestalla, en el verano de 2011.

Para un futbolista que mueve los hilos del equipo sobre el campo, todo lo que ocurre en su radio de acción es más relevante. Le ha ocurrido a Parejo, invisible en el centro del campo durante muchos partidos. Como motor del Valencia, sus virtudes y sus defectos se ven amplificados con respecto al resto del equipo. Por norma general, cuando Parejo está bien el Valencia funciona. Y viceversa. Desde aquella goleada (1-5) en Vigo, el 7 de noviembre del año pasado, en la que participó con un gol de falta directa y una asistencia a Alcácer, el centrocampista vivió un calvario hasta la semana pasada. Recolocado varias veces por el entrenador, unas veces como mediocentro defensivo y otras en su posición natural, más adelantado, no encontró su sitio. Sin una función definida, y con el equipo haciendo aguas, salió lo peor de Parejo: continuas pérdidas de balón y poca participación en el juego creativo. Una pesadilla para un futbolista acostumbrado a jugar a toquecitos de medio metro y a combinar con sus compañeros. Durante un tiempo, no encontró a nadie. Ni a sí mismo.

El colmo de las desgracias llegó, para Parejo, el día de la visita del Rayo Vallecano a Mestalla, el pasado 17 de enero. El conjunto de Paco Jémez ofreció una exhibición de fútbol asociativo. Todo lo contrario que el Valencia, que encendió las alarmas por su juego disperso, carente de un patrón definido. Un partido más, Parejo jugó junto a Danilo por delante de la defensa y por delante André Gomes.

Con desventaja en el marcador, algo ocurrió en el vestuario durante el descanso para que el entrenador decidiera retirarle el brazalete de capitán al «10» , al día siguiente. La jefatura del equipo pasó a Negredo y Alcácer, con los otros dos capitanes, Alves y Javi Fuego, lesionados.

Neville dio continuidad a Parejo en la jornada siguiente, en la visita a Riazor. donde compartió funciones con Zahibo. Su rendimiento mejoró, hasta el punto de que el gol de Negredo salió de su bota derecha. Sin embargo, el técnico inglés decidió dejarlo en el banquillo al domingo siguiente, ante el Sporting de Gijón (0-1). La vuelta de Enzo Pérez, recuperado de una lesión, dejó fuera al de Coslada, que entró al campo en el minuto 6 de la segunda parte. Su presencia revitalizó al Valencia, que disfrutó de ocasiones de sobra para remontar.

La peor experiencia de Parejo estaba por llegar. Tres días después, fue de nuevo titular, esta vez en el desastre copero del Camp Nou (7-0). En la línea de todo el equipo, el «10» jugó un partido nefasto, con varias pérdidas de balón sintomáticas de su mal momento. Neville, sin embargo, no renunció más a Parejo. Lo liberó de tareas de contención y le dio continuidad en Sevilla (1-0), ante el Betis. Lo mismo que ante el Espanyol, como si estuviese convencido de que llegaría el momento. Ese día no marcó, pero dejó constancia de que estaba presente en el campo. En su tamaño natural. Lo confirmó ante el Rapid, muy pronto, con un gol del Parejo de toda la vida. Calcado al que, tres días después, marcó al Granada para dirigir al Valencia hacia la victoria. Como cada temporada, no falta a su cita con el gol: suma 9 en total, sólo dos menos que Negredo y Alcácer.

El futbolista con más minutos jugados

Dani Parejo es el futbolista del Valencia que más minutos lleva jugados esta temporada, en la que hasta tres centrocampistas han sufrido lesiones de forma continuada. Una maldición que comenzó con André Gomes, por dos veces, y que continuó con Javi Fuego y con Enzo Pérez, este también por partida doble. Con tantas ausencias, Nuno, primero, y después Gary Neville han recurrido a Parejo en todos los partidos —excepto ante el Sporting, en Mestalla— para el equipo titular.