El Valencia ha encontrado un filón en la Liga Europa, un torneo para recuperar toda la autoestima machacada en los meses anteriores. A raíz de la goleada de la ida (6-0), el equipo de Gary Neville se quitó la pesada mochila de encima y ha empezado a saborear otra vez el fútbol. Son 14 goles a favor en cuatro partidos y cuatro victorias consecutivas. Los protagonistas fueron distintos a los de la ida en Mestalla. Ni Santi Mina ni Parejo ni André Gomes, reservados, acudieron ayer al banquete servido en Viena para Feghouli, Javi Fuego, Danilo, Rodrigo, Piatti e incluso Vezo. Todos se pusieron las botas. El cuadro de Neville, por fin, ha encontrado mecanismos para atacar y encontrar los caminos hacia el gol sin que eso suponga dejar la casa descubierta, como sucedía en las primeras escaramuzas del técnico inglés.

Neville aprovechó la fragilidad del rival para premiar a algunos de los juveniles tan injustamente tratados por la UEFA el lunes pasado en el Chelsea-Valencia de los octavos de final de la Youth League (y el gol de penalti no concedido a Alberto Gil). Con tal arbitrariedad, la UEFA ha despertado una ola de simpatía hacia esos chavales, tres de los cuales (Lato, Tropi y Rafa Mir) entraron en la segunda parte en el estadio Ernst Happel. Lato, sobrino de Latorre (capitán del Levante UD en los ochenta), disputó todo el segundo periodo. Es un lateral izquierdo del corte de Jordi Alba, Bernat y Gayà. Tiene una pinta espléndida. La tradición que no para.

El choque sirvió también para recuperar física y anímicamente a Javi Fuego, víctima de un tormento esta campaña debido a molestias en la ingle. El mediocentro defensivo siempre ha sido un ejemplo de honestidad y será una garantía para suplir a Enzo Pérez si se le requiere. En cuanto a Feghouli se da la paradoja de que, a medida que su renovación se aleja, su participación es más relevante. Ayer, partiendo desde el centro de la medular, enseñó la variedad de recursos.

La vida del centrocampista depende del espacio y del tiempo del que disponga para pensar. A Javi Fuego se le abrió el horizonte cuando avanzó por el círculo central, sin nadie atosigándole, y vio el desmarque desde la derecha de Rodrigo. Le lanzó el pase bombeado perfecto a la espalda de la zaga austriaca. La velocidad de Rodrigo hizo el resto. El hispano-brasileño levantó el balón por encima de Strebinger. También a Danilo le dio tiempo para trazar el pase ideal, esta vez raso y a la carrera de Feghouli, que cruzó con mucha clase.

El interior argelino se encontró muy cómodo para crear y finalizar. El tercer tanto llegó de un magistral servicio suyo con el exterior del pie derecho a Piatti. El argentino también resolvió cruzando la pelota y pillando al portero a contrapié. Lo hizo, además, con su pierna mala, la derecha, en una muestra de que los valencianistas, liberados, se atrevían con todo. Al festín se uniría hasta Rubén Vezo, el central portugués, al cabecear al primer palo un centro de córner de Piatti.

La única pega para Neville es que sigue despistado en las jugadas defensivas a balón parado: un centro de córner permitió a Schwab cabecear solo a escasos metros de Ryan. El meta respondió con agilidad y potencia de piernas y de brazos. Ayestarán debe trabajar muchísimo la estrategia defensiva.

Tres rivales durísimos

Empieza el domingo la hora de la verdad para el Valencia, la frontera entre la supervivencia asegurada, y las aspiraciones europeas. El Athletic, aunque afeitado por las ausencias de Williams y Raul García, será una piedra de toque, prolongada el miércoles ante el Málaga en la Rosaleda y el domingo en Mestalla frente al Atlético.

El guiño de de Gary Neville a la cantera

Hace sólo 8 días, nadie se habría atrevido a dibujar un banquillo como el que ayer presentó Gary Neville,. Dos futbolistas del Mestalla (Zahibo y Tropi) y tres en edad juvenil (Fran Villalba, Lato y Rafa Mir). Como en una pretemporada. El técnco guardó a los cinco ea la espera de una segunda parte plácida. Y así fue: primero Lato (lateral izquierdo), después Rafa Mir (centrocampista) y para terminar, Tropi. Lato cubrió el puesto de Gayà con solvencia, sacando el balón con clase. El larguirucho Rafa Mir, desaparecido del primer equipo tras aquella soprendente aparición en Rusia, en la Champions, se instaló de delantero, por Negredo, con más trabajo que participación. j.M. bort viena