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Off the record

Mestalla ha hablado

En partidos como el de anoche contra el Celta, cada sustitución empeora la anterior. Quitar a Rodrigo en los mejores minutos que le ha visto Mestalla no obedece a ningún criterio lógico

Mestalla ha hablado

En situaciones como la que azota al Valencia „seis puntos de distancia con la zona de descenso teniendo un calendario en el que aguardan sedientos de puntos Barça, Madrid, Sevilla, Villarreal y, ojo, Las Palmas, Getafe o Granada„ perfectamente podríamos detenernos en la chapuza pergeñada anoche tras la derrota contra el Celta.

No sé si lo saben, pero Gary Neville va a tener la deferencia de hacer esperar a 60 millones de ingleses hasta el jueves. Lo hace por todos nosotros. Retrasa su incorporación al cuerpo técnico de la selección que entrena Roy Hodgson. Ya puestos, y si tiene la semana dadivosa, podría devolver todas las nóminas que le haya pagado Peter Lim desde el 2 de diciembre, el día en el que el profeta apareció entre nosotros para recordarnos que el enchufismo es nocivo para las empresas, clubes de fútbol incluidos. Con ese dinero, el magnate singapurés puede poner en marcha una Fila 0 a través de la que firmar a Villas Boas, Pellegrini o Sampaoli para la próxima temporada. Técnicos serios, preparados, contrastados, a la altura del club que se compró todavía no sé sabe demasiado bien para qué.

En lunes de amarga resaca como este también podríamos analizar qué sentido tiene el viaje tres días más tarde, que básicamente es ninguno. La mujer del César, además de ser fiel, debe parecerlo. Que Neville se marche retrata su compromiso con el Valencia y, lo que es peor, la falta de poder ejecutivo de la pareja Layhoon-García Pitarch y el desahogo del propietario, perdido en el limbo de su propia riqueza. Una entidad seria, casi centenaria, jamás debería consentir que su entrenador compatibilizara el cargo con ningún otro equipo. Mucho menos que lo abandonara temporalmente en el escenario actual, con la peor crisis deportiva desde 2008 y habiendo sumado 14 puntos de 48 posibles.

Con la amenaza del descenso a Segunda como una inquietante realidad que aguarda a la conclusión del partido en Gran Canaria. Si después del parón, el Valencia pierde en Las Palmas, se encenderán todas las alarmas en Mestalla. Y no será que no venimos avisándolo. Por tierra, mar y aire. Pero detenernos en la falta de estética del viaje de Neville a las islas británicas sería contemplar el árbol en lugar del bosque. Ojalá ese fuera el único problema que afecta al club en estos momentos. El Valencia, que debe conseguir un mínimo de nueve puntos para amarrar la permanencia -es el punto al que hemos llegado con la nefasta gestión deportiva de Peter Lim- mantiene en el banquillo a un entrenador sencillamente incapaz de gestionar la situación.

En partidos como el de anoche contra el Celta, cada sustitución empeora la anterior. Quitar a Rodrigo en los mejores minutos que le ha visto Mestalla no obedece a ningún criterio lógico. Prescindir de Alcácer cuando el objetivo es hacer un gol es la enésima demostración de torpeza a cargo de un neófito superado por las circunstancias. Con dos semanas de parón por delante, no tiene ninguna explicación que Lim mantenga a su socio en el cargo.

Ya debió cesarlo tras el 7-0 de Can Barça. Lo lógico hubiera sido destituirle tras la doble derrota ante dos recién ascendidos como Sporting de Gijón y Betis. Pero en este club en el que Meriton campa a sus anchas casi nunca pasa nada. Los jugadores disfrutarán de vacaciones de Semana Santa, Phil Neville acude a los toros en lugar de espiar al Athletic y la presidenta, el director deportivo y el entrenador comparten opíparos reservados sin mejoras aparentes.

Y, conviene no olvidarlo, seguimos sin conocer el timbre de voz de la propiedad, a la que hay que intuir a través de mensajes en Instagram y entrevistas en periódicos digitales de Singapur. La oportunidad es pintiparada para entregar el timón del vestuario a Pako Ayestarán. Ocho partidos con el único objetivo de conseguir la permanencia. Y a partir del 1 de julio, cuando el propietario ponga el huevo, que él mismo junto a Mendes o García Pitarch con la supervisión de Layhoon diseñen el Valencia que viene.

Decía Neville hace unas semanas que no se plantearía la dimisión hasta que Mestalla se lo pidiera. Miles de personas, antes de que el templo se vaciara en silencio en la recta final de partido, lo gritaron ayer al viento de la primavera. Gary está a tiempo de largarse y no complicarse/nos más la existencia. Analicen el calendario y háganse esta pregunta: «¿Hay alguna posibilidad de descenso a Segunda para el Valencia?». La respuesta es la consecuencia directa del modo en el que Peter Lim dirige el club hace más de un año. El siguiente al que el entorno lanzará sus iras es él. Por mucho que haya invertido 194 millones de euros.

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