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Relación amor-odio con la grada de Mestalla

Señalados en Mestalla que triunfan fuera

Jonas, Banega y Jonathan Viera fueron recibieron la desaprobación de la grada, al igual que Parejo, y ahora exhiben su mejor versión en otros equipos

Señalados en Mestalla que triunfan fuera

La relación de amor-odio que la afición del Valencia vive con Dani Parejo, retratada en el último partido de la Liga Europa, contra el Athletic, no es la primera ni la última. Hubo antes otros futbolistas que recibieron cariño y desprecio a partes iguales en el recinto de la Avenida de Suecia. Algunos de ellos triunfan ahora en otros equipos después de ser señalados por la grada valencianista. Hay tres casos muy concretos: Jonas Goçalves, Éver Banega y Jonathan Viera, hoy referentes de sus respectivos equipos. Tres jugadores que, forjados en el exigente ambiente de Mestalla, exhiben ahora mejor el fútbol que atesoran.

A Jonas le van las cosas mucho mejor desde que abandonó el Valencia. Triunfa en el Benfica, donde es el máximo goleador de las ligas europeas, con 29 goles, igualado con Higuaín (Nápoles), con quien disputa la Bota de Oro de la temporada. Llegó a Mestalla en enero 2011, tras un año excelente en el Gremio de Porto Alegre, que le condujo a la selección brasileña. Curiosamente, dos años antes un periódico deportivo llegó a nombrarlo «el peor delantero del mundo» por su calamitosa actuación en la Copa Libertadores. Nada que ver con su posterior rendimiento inmediato.

En el Valencia aterrizó, con 26 años, en plena progresión, para reforzar en invierno una delantera formada por Soldado y Aduriz. Costó 1,2 millones de euros. Tras anotar dos goles aquella media temporada, en la segunda fue el segundo máximo goleador, con 19 goles en partidos oficiales. Tras la marcha de Aduriz, formó pareja atacante con Soldado en la 2012-13, en la que repitió marca: 19 tantos. Pese a todo, recibió la desaprobación de Mestalla de vez en cuando. Perdió protagonismo en la temporada 2013-14, el año de la irrupción de Alcácer, con Pizzi en el banquillo. La llegada de Nuno Espírito Santo supuso su ejecución. Lo dejó en Valencia con los descartados en pretemporada y finalmente le fue rescindido el contrato. Fue traspasado a coste cero.

A Éver Banega tampoco le van mal las cosas. El club de Mestalla pagó por él 18 millones de euros al Boca Juniors en enero de 2008, en plena época de bonanza. Uno de los refuerzos millonarios de la etapa de Juan Soler en la presidencia. Miguel Ángel Ruiz, entonces director deportivo del Valencia, negoció su fichaje sin mayor inconveniente. Tenía dinero a espuertas para reforzar el equipo. Banega fue un caso claro de noviazgo forzado con la grada de Mestalla. Firmó actuaciones extraordinarias con otras muy discretas. Un futbolista muy talentoso al que le pasó factura su falta de madurez. Su foto posando en una fiesta con una camiseta del Real Madrid, un positivo en un control de alcoholemia y aquel extraño autoatropello en una gasolinera jugaron en su contra. Como otros futbolistas, ofreció su mejor versión con Ernesto Valverde. El cambio de propietario en el Valencia también supuso su final. Se lo llevó Emery al Sevilla por 2,5 millones de euros, donde es un referente.

Jonathan Viera tuvo menos tiempo para cuajar. Como Jonas, vino por decisión de Brauio Vázquez. Deseado por clubes potentes de Europa, el Valencia cerró su fichaje por 2 millones de euros en verano de 2012. Del perfil del ingenioso futbolista canario, siempre fue considerado un actor secundario. Primero con Pellegrino y después con Valverde. Tras una pretemporada prometedora, se marchó cedido al Rayo y a la vuelta Nuno lo descartó para su proyecto. Tras un año en el Standard de Lieja regresó a Las Palmas, donde hoy es un líder, con mucha personalidad.

Aduriz, un caso aparte

Aduriz, hoy el delantero más en forma de la Liga BBVA y candidato a jugar la Eurocopa, no llegó a ser señalado por la afición del Valencia. Cumplió con muchos goles (23) en dos temporadas, pero hoy es mejor delantero en el Athletic Club, donde vive su mejor momento.

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