En las siete jornadas finales, además de la exigencia de los rivales, el Valencia tendrá que lidiar con su propio nerviosismo. Una de las peculiaridades del equipo blanquinegro reside en la juventud de su plantilla. Una media baja de edad que se conjuga con la inexperiencia en trances complicados como el de tener que luchar por la permanencia.

La mayoría del plantel ha competido en contextos de gran exigencia, pero habitualmente con títulos y finales de por medio, como corresponde al historial y aspiraciones del club. Es el caso de Rodrigo Moreno, que tras acabar el encuentro en Las Palmas reconocía que se enfrentaba a una sensación desconocida. «Desde que soy profesional nunca había vivido una situación como esta». Un desafío, el de mantener la categoría, más complejo que algunos de los que le ha tocado padecer al delantero hispano-brasileño, que en el Benfica „tocado de la maldición de Bela Guttman„ llegó a perder cuatro finales en una misma temporada. Rodrigo es solo un ejemplo. Otros jugadores, como Shkodran Mustafi, han saboreado la agradable presión de estar en finales del campeonato del mundo con su selección.

La excepción reside en los futbolistas que ya acumulan en sus carnes la experiencia de haber convivido con un descenso de categoría. Los casos más relevantes son los de Pablo Piatti y Diego Alves, que bajaron a Segunda con el Almería en la temporada 2010/11, justo antes de recalar en el Valencia. El ejemplo más paradigmático es el de Javi Fuego, que llegó a Mestalla tras una carrera curtida en el sacrificio de dos descensos, con el Levante UD y el Recreativo de Huelva, además de ascender con el Rayo a Primera. Para el resto de la plantilla, con algunos jugadores todavía aclimatándose a la propia Liga, el tramo final de este campeonato supondrá una experiencia novedosa.

Peineta de Vezo

La mala trayectoria liguera también ha desgastado la relación entre algunos jugadores en el vestuario. En el estadio Grancanaria ya se presenciaron algunas escenas, lógicas hasta cierto punto por la erosión de una temporada muy agotadora mentalmente. Así sucedió con el enfrentamiento entre Paco Alcácer y Shkodran Mustafi, dos de los jugadores que, a pesar de su juventud, más personalidad tienen de toda la plantilla. El episodio molestó sobremanera al delantero torrentí porque la actitud de Mustafi, reprochando en público a sus compañeros, se lleva arrastrando en los últimos meses. Ayer tuvo lugar otra escena crispada. A su entrada en el entrenamiento, el defensa Ruben Vezo dedicó una «peineta» en dirección a los medios de comunicación que cubrían el entrenamiento, tal como registraron las cámaras de Cuatro. Con posterioridad el jugador se disculpó en su cuenta de Twitter afirmando que el inequívoco gesto fue «sin mala intención» pero «inadecuado».