El próximo 12 de abril se cumple el 30 aniversario de una pesadilla, la del primer y único descenso del Valencia a Segunda división en toda su historia. Un trauma que parece por momentos parece refrescarse en la hinchada, con la actual caída en picado que sufre el conjunto de Mestalla, y que también vuelve a la memoria para el puñado de canteranos que en 1986 intentó evitar el desastre, el hundimiento de un club en deriva económica. Fernando Giner y Javier Subirats formaron parte de la alineación de Alfredo Di Stefano en la derrota definitiva por 3-0 en el Camp Nou.

Fernando Gómez Colomer, uno de los valores emergentes de aquel plantel, estaba lesionado desde el mes de diciembre y asistió al descalabro desde la grada, sufriendo como un seguidor más. Levante-EMV ha reunido a los tres históricos exfutbolistas para analizar la tesitura en la que se tambalea el Valencia de Pako Ayestarán y estudiar las diferencias y similitudes respecto a su etapa.

Fernando Giner

«Es el momento para la gente comprometida»

Fernando Giner (Alboraia, 1964), ahora presidente de la Asociación de Futbolistas del club, cree que la situación es lo suficientemente delicada como para plantear que jueguen aquellos más motivados: ««Es el momento para que juegue la gente comprometida. Aunque tengan que ser los chavales del Mestalla. Deben saltar al campo los jugadores que sientan lo que se está jugando el Valencia. Tanto Pako, como Voro y Otxotorena tienen un conocimiento profundo del club y sabrán elegir a los futbolistas más capacitados».

Giner, que contaba con 21 años en el descenso de 1986, defiende que el apoyo del público será fundamental: «El factor Mestalla se hará sentir a partir de ahora. La afición no ha dejado de estar con el equipo, pero se han vivido momentos de tensión. Ahora hay que darlo todo y dar confianza a los jugadores, transmitirles que si fallan un balón, vas a estar animándoles igualmente». Pero, por encima de cualquier otra circunstancia, la salvación dependerá de la valentía de unos jugadores a los que se ve bloqueados mentalmente: «Es la hora del atrevimiento. En una situación de nervios el futbolista puede tender a no arriesgar, a esquivar la posibilidad del error, pero eso lo que acaba provocando es que no hagas ni aquello a lo que sabías jugar. No hay que tener miedo y jugar como si la situación fuera más tranquila. En duelos en los que ha salido menos presionado, como ante Real Madrid y Barcelona en casa, el rendimiento ha sido óptimo y no perdieron esos partidos».

Una dinámica tan peligrosa se sostendría mejor, a juicio de Giner, «con más gente de la casa» y comprometida con el club. «Se echa en falta a canteranos cuando las situaciones van mal. Por eso se pide que haya cariño a la escuela, para ayudar en crisis tan fuertes». De hecho, Giner cree que «si en el 86 86 hubiésemos tenido más gente canterana», el Valencia no habría bajado. «Es necesario tener a futbolistas que conozcan el club, el orgullo de representarlo, que sepa lo que se respira en la calle. Con Alcácer y Gayà tenemos esos futbolistas, pero son demasiado jóvenes para pedirles que lo arreglen todo ellos».

Fernando Gómez

«No es fácil convivir con dinámicas tan negativas»

«Me lesioné a mediados de diciembre y solo teníamos un menos uno „balance equivalente a haber cedido un empate en casa„. No pude participar en la salvación del equipo». Fernando Gómez, a sus 50 años, rememora con cierta amargura el año 1986. «No es fácil convivir con dinámicas así, tan negativas, en las que todo te sale mal, no logras vencer nunca y se acumulan desgracias».

Otro de los inconvenientes, según el exdirector deportivo valencianista, es «no estar acostumbrados a pelear por estos objetivos, con el añadido de ser una plantilla joven». La juventud es un factor que también puede verse como una oportunidad: «La experiencia de los cuatro o cinco jugadores más veteranos se debe acompañar del desparpajo de la juventud. Debe ayudar a mostrar una mayor personalidad, debe ser una influencia positiva». Fernando no descarta la conveniencia de que se pueda recurrir a un psicólogo „ «cuanto más azúcar, más dulce»„, pero sobre todo «hay que jugar con la tranquilidad que tendríamos si fuésemos terceros. Y no basta, hay que mejorar también la calidad del juego. En Las Palmas la actitud no fue mala, nos vimos superados por el mejor fútbol del rival».

Pese a todo, Fernando está «convencido» de que el Valencia se va a salvar, a pesar de tener un calendario «cuesta arriba» con el Sevilla y el Barcelona a la vuelta de la esquina. «Las personas damos nuestra mejor versión cuando tocamos los extremos. Tanto por euforia como cuando la situación es límite. Todavía no se ha llegado a ese momento, aún quedan muchas jornadas pero hay que reaccionar. En el 86 cuando lo quisimos hacer ya era tarde».

Javier Subirats

«Hay que evadirse, entrenar y llegar fuerte al partido»

Javier Subirats (Paterna, 1957), expone que «no hay fórmulas extraordinarias» para que el Valencia remonte el vuelo: «Todo es mucho más sencillo. Hay que intentar evadirse mentalmente, y entrenar y trabajar para llegar fuerte al partido» y reencontrarse con la victoria. El director deportivo del último gran Valencia no es partidario de «dramatizar». «La situación no es límite ni extremadamente crítica. Hay un colchón de puntos que ya lo quisieran para sí otros equipos. Pero sí que empieza a ser urgente mejorar el juego para poder ganar». «Subi» aboga porque se imponga la normalidad de que jueguen «los que mejor estén, da igual que sean jóvenes o veteranos» y descarta los paralelismos con el 86: «En aquella época el club estaba acusando una involución galopante. Había una crisis financiera que se arrastraba desde el Mundial 82. Nos salvamos años antes con un gol de Tendillo en la última jornada, que fue un aviso que acabaría por confirmarse».