El Valencia se presentará en el Camp Nou sin que el histórico 7-0 sufrido en la Copa del Rey, el pasado mes de febrero, vuelva a la memoria como un trauma todavía fresco. Al menos, así lo cree Pako Ayestarán, que afirma que ningún jugador de su equipo le ha recordado el sonrojante episodio: «El 7-0 es pasado. Aquella respuesta la dio el equipo en otras circunstancias y ahora tenemos la opción de poner en práctica el trabajo que realizamos», indicó. «Hoy „por ayer„ es 15 de abril y lo anterior está vivido y olvidado. Tenemos que crecer a partir de lo que somos hoy», añadió el técnico del Valencia.

Dos factores alteran el pronóstico lógico del duelo del Camp Nou. Uno es la inédita crisis de resultados del Barcelona, con tres derrotas seguidas y apeado de la Liga de Campeones. Otro, la posible liberación mental del Valencia tras su victoria ante el Sevilla, con la que encarrila la permanencia. Por ese motivo, Ayestarán cree que el partido «es más una oportunidad que un peligro». «Un riesgo sería no jugarlo», proseguía el técnico, firme en el mensaje ambicioso instalado desde su llegada al banquillo blanquinegro. Tanta convicción quería transmitir Ayestarán que señaló que «nunca» ha sentido miedo antes de jugar un encuentro. «Nunca he tenido miedo ante un partido. El miedo viene en la medida que no te sientes preparado. Veo al equipo concentrado y con ganas de mejorar en el día a día. El miedo no sirve para nada», apostilló.

No obstante, el preparador donostiarra sí reconoció que los últimos reveses convierten al conjunto de Luis Enrique en un rival aún más temible: «Hubiera preferido un Barcelona más fuerte, en una situación más cómoda y con más puntos de ventaja. Cuando equipos del calibre del Barcelona no obtienen resultados excelentes, tal y como nos tienen acostumbrados, están más cerca de cambiar la dinámica», explicó el entrenador.

Paciencia con el aspecto físico

Hoy se sabrá sí Ayestarán puede contar finalmente con Denis Cheryshev, que se retiró por precaución „«un susto»„ en el entrenamiento del jueves. Cuestionado por el estado físico del equipo, sometido a dobles sesiones para recargar fuerzas que equilibren una planificación que se enfocó a la previa de la Champions, Ayestarán aventuró que no será «hasta las dos últimas semanas de campeonato» cuando «se intuyan» los resultados de las cargas de trabajo: «Desde el plano físico no se trabaja solo para este partido. Vamos introduciendo estímulos que florecerán en varias semanas, pero se está acabando la liga».