Hasta en la manera de ejecutar sus movimientos en el campo, con ese característico remate de primeras desmarcado al primer palo, Paco Alcácer juega con una intuición impropia de un delantero nacido en 1993. La del atacante de Torrent es una madurez acelerada. Alcácer ha ido quemando etapas en el fútbol con una velocidad mayor que la de muchos jugadores de su generación. Sin ningún género de dudas, su nombre entrará hoy en la preselección de Vicente Del Bosque para la Eurocopa de Francia después de una temporada en la que Alcácer ha tenido que forjarse, de nuevo, contra la adversidad.

Con 22 años, Alcácer es uno de los jugadores que más afectado se ha sentido en la desastrosa temporada protagonizada por el Valencia, junto a otros futbolistas que también sienten el hierro, como su compañero y buen amigo José Luis Gayà. La decadencia deportiva del club le hizo acabar asumiendo galones como la capitanía. Una responsabilidad que, por edad, no es usual que le corresponda. A lo largo de su corta pero intensa trayectoria, Alcácer ha crecido a contracorriente, entre golpes personales —el fallecimiento de su padre en su estreno goleador en Mestalla—, experiencias como la cesión sin apenas minutos en Getafe o abrirse hueco en el Valencia a pesar del fichaje de numerosos delanteros —Postiga, Pabón, Vargas...—.

En esta temporada, la mala tendencia clasificatoria del equipo se agudizó entre lesiones de tobillo y una racha sin ver puerta que se prolongó durante tres meses, de enero a abril. No obstante, el arreón final le permitió rebasar ligeramente su cifra de goles en las dos temporadas precedentes. Alcácer ha finalizado la campaña con 15 goles en partidos oficiales, repartidos entre 13 tantos en la Liga, más 2 en Copa del Rey. En la temporada 13-14 marcó 14 (6 en Liga, 1 en Copa y 7 en Liga Europa). Los mismos que en el curso 14-15 (11 en Liga y 3 en Copa).

Confianza de Del Bosque

Los trances padecidos en esta temporada no han alterado la confianza de Vicente del Bosque en Alcácer, a pesar de la competencia protagonizada por delanteros al alza, enrachados, como Aritz Aduriz o Fernando Torres. Dos factores pesan en la cabeza del seleccionador. Para entrar en las listas de Del Bosque hay que acumular prolongadamente méritos, no es fácil entrar entre los elegidos. Del mismo modo, y por la mentalidad del técnico salmantino por dotar a la selección de un espíritu de grupo, es más complicado salir de sus convocatorias.

A favor de Paco Alcácer cuenta otro factor: su perfil de delantero habilidoso, listo en el desmarque rozando el fuera de juego, válido para asociarse con otro atacante, no abunda en el combinado nacional. En la zona atacante concurren «nueves» de corte clásico como Aduriz, Diego Costa, Álvaro Morata o Fernando Torres.