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El borde del área

El margen de maniobra

El margen de maniobra

Tras el periplo singapurense del Valencia en casa del propietario, llega el momento de comprobar sobre el terreno y con hechos cuál va a ser el camino que adopte el club para no repetir el desastre de temporada al que hemos asistido este año.

Dicen quienes han podido charlar con el propietario (no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme) que reconocen la concatenación de errores y la necesidad de tomar otra dirección.

Por el momento se queda el asunto en palabras. La decisión del entrenador la seguirá tomando el propietario en Singapur. O sea, no hay diferencia en el modus operandi con lo ya conocido. Pero aunque el resto del proyecto descanse sobre el trabajo que está realizando Suso García Pitarch, cabe preguntarse cuál va a ser el margen de maniobra del club.

No olvidemos que la falta de ingresos va hacer que el club tenga que partir de un presupuesto que tendrá que sufrir una disminución de 40 millones de Euros. La cifra podría variar caso de encontrar sponsors (según testimonio del apolítico presidente de la LFP), pero la realidad es que pese a ponerle un precio de 10 millones de Euros a la camiseta, desde que Jinko dejó de aparecer en el pecho de los jugadores, el departamento de marketing del club -Dowens primero y Draper después- no ha conseguido marca alguna que apueste por incrementar la partida de ingresos en este apartado.

Por tanto, y ante la disminución de ingresos cara al próximo presupuesto, cabe preguntarse ¿Qué margen de maniobra va a tener el club para acometer la remodelación de la plantilla?

La temporada ha demostrado que hay mucho que cambiar en ese vestuario, y precisamente el mal ha estallado en el año en el que te vas a quedar con menos recursos para poder aplicar una cirugía efectiva.

En principio no debería ser un problema. Tradicional e históricamente al Valencia le ha ido mejor cuando ha fichado jugadores sin cartel que cuando ha apostado por figuras consagradas, va mejor con la idiosincrasia del club.

Pero la realidad es que incluso para convencerles va a haber que explicar un proyecto. Y va a haber que explicarlo bien. El año ha sido devastador, no sólo en lo económico. A nivel de imagen exterior el rosario de sinsentidos ha sido tan grande que el cambio de rumbo va a tener que plasmarse en hechos de manera celérica y con pasos muy firmes para comenzar a ser atractivo. Y de momeno el propietario va a tomarse su tiempo para elegir el entrenador...

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