El exgoleador inglés Gary Lineker, muy dado a componer frases memorables, («el fútbol es un deporte que juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania» es la más lapidaria), regaló hace dos semanas una expresión muy sarcástica tras la eliminación de Inglaterra en la Eurocopa: «Nos ha eliminado un país que tiene más volcanes que futbolistas profesionales», en referencia a Islandia. No era una exageración, sino más bien una comparación muy precisa. En Islandia hay unos cien futbolistas profesionales federados y del fútbol sólo viven unos cuarenta. Hay 130 montañas volcánicas. El país tiene la misma población que la ciudad de Alicante (330.000) y el fútbol está considerado, principalmente, como una disciplina educativa más. Por eso es una hazaña que su selección llegase a los cuartos de final de la Eurocopa, aunque a los que lo conocen bien, no les ha sorprendido. Lo sabe el valenciano Kiko Insa, el primer español que jugó en la liga islandesa. Formado en la escuela del Valencia, a los 17 años empezó a escribir una vida de trotamundos. En Islandia ha vivido dos etapas, ambas en Primera División (en 2013 y 2014 en el Vikingus Ólasfsvík y la temporada pasada, en el Keflavic, un clásico de las previas de la Champions).

«No me ha sorprendido nada el papel de Islandia, los que son amigos míos lo saben. En la fase de clasificación fue primera de un grupo del que se quedó fuera Holanda», explica.

La influencia del fútbol británico de toda la vida es muy evidente en el país insular más nórdico de Europa. «Pelean, corren mucho, de cualquier saque de banda te hacen un corner.. Tienen muy claro cómo juegan: al contraataque. Ganaron a Inglaterra con el mismo estilo de juego que ellos. Es un fútbol totalmente distinto al nuestro, con un perfil muy inglés: juego directo, mucho físico, abuso de centros... No tienen el orden táctico de España, pero físicamente juegan de una forma que van como caballos», radiografía Kiko Insa, que valora el potencial de aquel fútbol en un país tan pequeño. «Son 300.000 habitantes y si quitas a las personas mayores, a las mujeres y a los niños, queda poquísima gente de entre 20 y 35 años. Es una cosa de locos», añade el futbolista de Concentaina, una estrella ahora en la liga de Indonesia.

Insa se encontró, a su llegada a Islandia en 2013, un país donde el fútbol tiene una base más educativa que competitiva. Y donde las ligas de mujeres tienen casi la misma trascendencia que las masculinas.

«Es el deporte más practicado y seguido del país. Lo juegan casi todos los niños y las niñas, y luego hay cuatro divisiones», afirma el defensa de Concentaina, hermano del centrocampista Natxo Insa, recientemente fichado por el Levante UD.

Pese a estar muy lejos de las grandes ligas europeas, el fútbol islandés «está muy profesionalizado, explica. «El ejemplo está en el seguimiento que tiene en la televisión. El fin de semana hacen un programa con todos los detalles de los partidos, tertulias y entrevistas, en el premian con dinero al que ha marcado el mejor gol y al mejor jugador. Es el programa de mayor audiencia del país», afirma.

Salarios de 5.000 euros

La situación financiera del balompié de la isla nordeuropea, eso sí, está muy lejos de las grandes competiciones del viejo continente. No hay estrellas. Es un fútbol más uniforme. «En Segunda, lo máximo que cobran son 2.000 euros. Lo normal es tener un salario de 1.400 euros y tener otro trabajo que te aporte otros 1.000 para llegar a 2.500. En Primera División es otra cosa, pero no hay mucha diferencia. Los sueldos están entre los 3.000 y los 7.000 euros. Parte, te dan casa, coche y la comida. Está bien montado», detalla el valenciano.

El frío es un factor clave en la organización de las competiciones en Islandia. En invierno, las horas de sol son escasas. Lo de jugar al aire libre es impensable y los partidos se juegan con los campos cubiertos. «La gente va a los estadios. Se llenan. Pero son pequeños, con capacidad para 4.000 aficionados como mucho. Más o menos, del tamaño de los de Segunda B de España. Pero en Islandia son espectaculares. Son todos cerrados y muy modernos», afirma.

La liga más fuerte se juega de mayo a octubre, cuando la eterna noche da paso a días de 23 horas y 50 minutos. «A las 12 de la noche anochece y a los 10 minutos amanece. Es espectacular», recuerda el contestano, a quien le cautivó el contraste cultural. «Los islandeses son gente muy trabajadora. Se ayudan mucho entre ellos. Por ejemplo, uno va a pintar la casa o a hacer una obra y los vecinos le ayudan. Otra cosa que me sorprendió mucho es que la gente no cierra las puertas. A nadie se le ocurre robar ni por asomo. Es una mentalidad totalmente diferente», explica.

La presencia de futbolistas extranjeros, cada vez más habitual, es necesaria para el funcionamiento de la liga islandesa. «Hay bastantes jugadores extranjeros, sobre todo británicos. Tiene una explicación. Todos los futbolistas del país quieren jugar en los equipos de Reikiavic, la capital. El resto de equipos están lejos o en las islas, con poblaciones muy pequeñas y a las que hay que llegar en avición. Ahí hay más demanda de extranjeros», añade.

Los clubes de Islandia no arriesgan como los españoles, por ejemplo, a la hora de incorporar futbolistas. Nada de compromisos de varios años. «Normalmente hacen contratos de 7 meses cuando llega la liga de verano».

«Salvador no quería a mi hermano»

El fichaje de su hermano Natxo Insa por el Levante UD debería haberse producido antes, según Kiko. «Me alegro mucho, es una buena decisión, pero deberían haberlo fichado hace 4 o 5 años, pero se ve que Manolo Salvador (exsecretario técnico) no quería».