­El futuro de Dani Parejo circula por dos caminos que difícilmente llegarán a converger. Por un lado el Valencia continúa aumentando el grado de castigo sobre el jugador, que ayer se quedó en el hotel de concentración para un partido amistoso de verano. Todo como parte de una estrategia que tiene como fin último, como así calcula la entidad, recuperar al jugador. Lo cierto es que en la situación que atraviesa Parejo en el Valencia ninguna de las partes implicadas sale beneficiada. El jugador está soportando su ostracismo cabizbajo, afectado anímicamente. Pero por otro lado el club es consciente de que no puede arriesgarse a perder a un futbolista de importancia capital para el proyecto y que sería muy complicado de sustituir, tanto por las alternativas de mercado como por la estrecha accesibilidad financiera del Valencia para fichar. «Perderlo sería un boquete en el equipo», se reconoce en el club.

Por lo tanto, después de la tormenta, de las escenificadas medidas ejemplarizantes en los entrenamientos y en el duro posicionamiento oficial de Jesús García Pitarch en sala de prensa, se impone que debe llegar la calma. Un amago de reconciliación cuya cirugía es compleja. Una frase recorre los pasillos del hotel Crowne Plaza de Marlow: «En el caso de Parejo hay dos posibles soluciones. O perdemos todos o ganamos todos». Los primeros contactos en privado ya se han producido. El club espera que tras las primeras contundentes medidas, (que se entendían como obligatorias después de los episodios rayanos en la insumisión del jugador en los entrenamientos) Parejo recapacite y dé un paso adelante. El cuerpo técnico, con Pako Ayestarán a la cabeza, recibiría su regreso con los brazos abiertos.

Las consecuencias de una posible salida de Parejo del equipo son impredecibles. Así se manifiesta desde la entidad. Como ejemplo se apunta el desastre deportivo que supuso la marcha de Nicolás Otamendi al Manchester City. Tanto por su adiós como por el fracaso en la búsqueda de un sustituto. Se invirtieron tres cuartas partes de la venta de 40 millones en dos jugadores a los que ahora se les busca mercado, como Otamendi y Santos.

Los técnicos tienen en tan alta consideración a Parejo que lo catalogan uno de los cuatro mejores futbolistas de la liga en su posición, en competencia directa con nombres como Iniesta o Modric. Además, una eventual salida se consideraría como «un boquete» en el proyecto deportivo. Su marcha se añadiría a la de André Gomes, otra de las ramificaciones nerviosas en las que se sostiene la capacidad creativa del equipo. Si se unen las dudas razonables de Javi Fuego para continuar en el equipo, el Valencia perdería a tres de los jugadores con más minutos disputados. El Valencia correría el riesgo de pasar a ser un equipo sin identidad, a falta de tres semanas para empezar la Liga.

Las normas del vestuario

La reparación de todos los daños habidos en las últimas semanas no se antoja sencilla. Otros jugadores han mostrado su voluntad de marcharse pero continúan entrenando al máximo en cada sesión. La actitud de Parejo contravino las normas más sagradas del compañerismo en un vestuario. Es la sensación en futbolistas que están luchando por un sitio en el equipo y que en los ratos que Parejo ha jugado a medio gas veían su rendimiento menguado y, por lo tanto, con menos opciones para reivindicarse. La convivencia llegó a su punto álgido de tensión en el partido en Finlandia, donde Parejo se negó hasta en dos ocasiones a saltar a calentar, hasta que rectificó ante la enojada reacción de Ayestarán.

La predisposición del club es positiva pero falta por ver qué pasa en la cabeza del futbolista, que se ha quedado en tierra de nadie tras jugarse una carta, la del traspaso al Sevilla, que no le ha salido ganadora. Uno de los argumentos que maneja desde el pasado mes de octubre, apenas renovado hasta 2020, como era el trato de la afición de Mestalla, desde luego no mejorará tras los últimos acontecimientos vividos.

En el cercano horizonte, a la vuelta de la esquina, está la presentación del equipo contra la Fiorentina, el próximo sábado 13 de agosto. Una noche en la que con total certeza se recrudecerá el ambiente hostil en torno a su figura. De su capacidad para superar el trance, del poder de convicción del Valencia y de los consejos que reciba de su agencia de representación, que no ha calculado para nada bien los tiempos en el intento de traspaso frustrado al Sevilla, dependerá que Parejo pueda volver a ser un futbolista relevante para el Valencia.

La reacción valencianista ya ha provocado que el Sevilla se retire de la puja, tal como reconoció ayer Monchi, su director deportivo.