Pako Ayestarán no tiene en cuenta a Dani Parejo ni para las actividades de recreo del equipo en la concentración de Marlow. El entrenador mandó bajar ayer, directamente, del autobús al jugador, momentos antes de partir a una actividad lúdica de piragüismo en el Támesis. El equipo estaba citado a las 17:30 horas a las puertas del hotel. Parejo iba acompañado de Paco Alcácer, que ya lo había arropado durante toda la jornada. Había subido ya las escalerillas cuando Ayestarán, ya sentado en el primera fila, le ordenó que se marchase. Fue un gesto breve y cortante. Brazo levantado en dirección al exterior del autocar: «No vienes». Parejo acató la decisión en silencio, sin manifestar ningún tipo de emoción ni contrariedad.

El capítulo ahonda en una polémica que toma tintes surrealistas. La actividad de piragüismo iba destinada precisamente a hacer piña. El «descarte» de Parejo en la sesión del Támesis no concuerda con la versión que el Valencia traslada en los últimos días, insistente en querer rehabilitar la imagen del centrocampista y recuperarlo para el proyecto deportivo.

Las posiciones entre las partes están cada vez más alejadas y nadie se atreve a dar el primer paso. Tampoco se produjo ningún cara a cara entre el futbolista de Coslada y Jesús García Pitarch. El director deportivo presenció en directo el encuentro contra el Bournemouth pero no acudió con posterioridad a la concentración. El único contacto se produjo entre Suso y Ayestarán en el túnel de vestuarios de Dean Ground. Una charla de casi diez minutos en la que intercambiaron impresiones sobre temas de actualidad, entre ellos, el asunto por cerrar de Parejo.

El jugador, mientras, sigue con su rutina repetitiva en Marlow, con carreras continuas en solitario. Es uno más en la concentración, pero su presencia es invisible.

Mientras, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) empieza a mirar con lupa el «caso Parejo». Es relevante recordar que su presidente, Luis Manuel Rubiales, y el jugador del Valencia son amigos. En enero pasado, se les vio comiendo juntos en un restaurante de Madrid, un día después de que Parejo dejase de ser capitán.