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Off the record

Simbiosis peligrosas

Simbiosis peligrosas

Vaya por delante que nada de lo que podamos escribir o decir a lo largo de las próximas semanas tendrá mayor incidencia en el futuro de Pako Ayestarán que los resultados que consiga su equipo en este arranque de Liga. Como debe ser, por otra parte. El personal, con histórica inclinación por la exigencia, no está para experimentos. Ni mucho menos para digerir con facilidad que algún iluminado salga a pedir paciencia después de un verano en el que la entidad ha ido a remolque de las fluctuaciones del mercado y, sobre todo, del cierre de grifo decretado por Peter Lim.

Si el Valencia no le gana a Las Palmas en el estreno de esta noche ante el poble de Mestalla y tropieza ante el Eibar en la jornada 2, el nerviosismo puede apoderarse del entorno. Y eso el primero que lo sabe es el entrenador. Que, todo sea dicho, tiene coartada. Tras la confirmación definitiva de la multa procedente de Bruselas y con la amenaza constante del Fair Play Financiero, el club no ha dispuesto del músculo económico suficiente para firmar varias de las primeras opciones que estaban previstas. Proporcionalmente, miles de aficionados han destinado más dinero en sacarse el pase que el propietario -al menos hasta la fecha- a la hora de mejorar la plantilla para la temporada 2016/17.

A falta de diez días para el cierre del libro de pases, la dirección deportiva ha firmado únicamente cuatro jugadores. El importe total de la inversión en Medrán, Nani, Montoya y Mario Suárez es, fichas de los jugadores al margen, de diez millones de euros. Una tercera parte del coste de Álvaro Negredo o Rodrigo Moreno. Cualquier tiempo pasado fue más parecido a tener un magnate como máximo accionista.

De los veinte jugadores que forman parte de la convocatoria para el partido de hoy, cinco se han visto o siguen envueltos en conversaciones susceptibles de poder finalizar en un traspaso (Parejo, Alcácer, Abdennour, Mustafi, Alves), tres han sido firmados este verano (Montoya, Medrán, Suárez), dos regresan tras cesión (Fede Cartabia, Rober Ibáñez) y otros dos tienen la consideración de futbolistas del Mestalla (Carlos Soler y Rafa Mir).

Todo ello sin tener en cuenta que el capitán, Enzo Pérez, era -según declaraciones del propio entrenador en LevanteTV a finales de mayo- «un activo que el club había decidido sacar». Si a esta sensación de permanente provisionalidad añadimos las carencias estructurales que sigue teniendo la plantilla, parece evidente concluir que no se han dado las circunstancias adecuadas para realizar una pretemporada en condiciones. Vamos, que incluso el ´olvidadizo´ conde Alessandro Lecquio ha tenido un verano más tranquilo que Ayestarán y su cuerpo técnico.

Lejos de recurrir a pataletas y sermones en sala de prensa con lámparas y sofás como protagonistas, Pako ha optado por alinearse con el club. Ha tenido que tragar con amistosos de dudosa utilidad porque no había otra opción que meter en el once a jugadores descartados sobre el papel. Ha tenido que tragar con capitanes en rebeldía y nueves demasiado pendientes de Robert Fernández.

Ha tenido que tragar con contracturas más largas que las conversaciones para la investidura de Rajoy. Ha tenido que tragar con la venta del futbolista al que consideraba su prolongación en el campo. Ha tenido que tragar, en definitiva, con situaciones que ensucian el día a día y hasta llegan a provocar fracturas irreparables en la relación club-entrenador.

No hay que irse demasiado lejos para encontrar ejemplos inmediatos. Habrá quien, probablemente con algo de razón, relacione esta versión políticamente correcta de Ayestarán con su agradecimiento al club por la oportunidad recibida. Prefiero interpretarlo al revés. La entidad también ha aprovechado esa connivencia del entrenador para realizar determinadas operaciones o no tirar de talonario para cerrar otras. Solo cabe esperar que de esta simbiosis institucional no salga perjudicado el Valencia.

Nada que reprochar a las incorporaciones realizadas. Se trata de jugadores contrastados, que llegan a un coste razonable y/o gratuito y que, sobre todo en banda derecha y el extremo izquierdo, mejoran lo que había. Pero no son refuerzos suficientes para potenciar al equipo que finalizó en duodécima posición la pasada Liga.

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