Debutar con el equipo de tus sueños, llegar a emular a tu ídolo... Todos los niños y niñas que aspiran a ser futbolistas se guían por un anhelo, por una inspiración. La de Eliaquim Mangala (Colombes, Francia, 1991) se llama Daniel. El nuevo central del Valencia decidió que quería ser futbolista por la tragedia que el destino le deparó, con solo 7 años, a su hermano mayor Daniel.

La historia comienza en unos bloques de apartamentos en Sautroville, un suburbio en el noroeste de París. Daniel integra uno de esos partidos en la calle, que se prolongan hasta la noche, entre amigos, en los que el rebote de la pelota en bordillos, bancos y farolas agudiza el ingenio de los participantes. Era habitual que algún balonazo lejano se colase, rampa abajo, en uno de los aparcamientos subterráneos del barrio. La desgracia quiso que la puerta del garaje se viniese abajo justo al paso de Daniel, que corría a por el esférico, golpeándolo en la parte posterior del cuello.

A consecuencia de aquel fatal accidente, Daniel quedó parapléjico al no recibir oxígeno su cerebro. La vida de los Mangala cambió radicalmente a partir de ese instante para centrarse de forma permanente, las 24 horas del día, en el cuidado de Daniel. Eliaquim tenía cinco años cuando su familia abandonó París para establecerse en la ciudad belga de Namur, cerca de la frontera, donde había centros de atención especializada adaptados a las necesidades de Daniel. En una entrevista concedida en junio del año pasado al periódico The Guardian, Mangala relataba la historia de superación de su hermano: «Daniel podría haberse convertido en futbolista, podría haber tenido su propia carrera, pero ahora no puede caminar y no puede hablar. Él y mi madre [Madeleine] están todavía en Bélgica. Pasa algún tiempo en casa y algunos en el centro de la atención y todas las Navidades siempre las pasamos todos juntos».

«Pudo haber sido jugador»

El ejemplo de Daniel se convirtió para Eliaquim en la motivación más pura para llegar a ser futbolista y alcanzar la profesionalidad. Ascendiendo peldaños en el fútbol belga (tiene la doble nacionalidad) Mangala llegaría en 2008 al Standard de Lieja. «Daniel juega un papel muy importante en mi vida. Siempre quise ser jugador de fútbol, pero lo hice por mi hermano también. Pudo haberse convertido en jugador, de no ser por este accidente. Sigue siendo una fuente de inspiración para mí, una inspiración mental. Él me da fuerza, psicológicamente, y cuando estoy por ahí en el campo me siento como que estoy allí por él. Mi madre también. Ella puede estar orgullosa de lo que he conseguido pero hay que ver lo que ha logrado, la crianza de dos niños „uno de ellos un niño con discapacidad„ por su cuenta. Mucho de lo que hago ahora es para asegurarse de que está bien cuidada», declaró al diario inglés.