Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Off the record

El ejemplo de los capitanes

El ejemplo de los capitanes

Las Palmas, Eibar y Betis. Tres derrotas en tres partidos. Cero puntos. Ocho goles encajados, siete de ellos en Mestalla. El Valencia de Peter Lim, colista en Primera. Por mucho que cualquier escribiente se empeñe en repetir que el equipo es brillante con balón, que ayer le sobró alma para voltear un partido casi imposible, que la absurda auto expulsión de Enzo Pérez tuvo una incidencia determinante en el resultado final, el fútbol y sus entornos dictan reglas que no siempre están basadas en el sentido común.

Y, llegados a este punto, no es difícil imaginar los siguientes capítulos de la tragicomedia. Todo lo que no sea puntuar en San Mamés convertirá el siguiente encuentro contra el Alavés en una noche de cuchillos largos para el entrenador. Y no será justo.

No lo será porque el cuerpo técnico, con sus errores tangibles y de sobra diagnosticados, merece, como poco, la misma paciencia que ha tenido durante el verano y sigue teniendo ahora para no quejarse públicamente al respecto de las carencias de una plantilla que en absoluto es tan completa como el asesor deportivo de Lim, Jesús Vicente García Pitarch, dice. Valga como ejemplo el asunto de la capitanía, ahora mismo responsabilidad de un jugador que estaba fuera en el mes de mayo -Enzo- y otro que se declaró en rebeldía durante semanas para estarlo -Parejo-.

Porque, en situaciones de cansancio físico extremo (véase los últimos diez minutos del partido contra el Betis), el delantero corpulento al que buscar en la segunda unidad se llama Rafa Mir. Porque, ante la negligente tendencia a las tarjetas de Enzo Pérez, Pako Ayestarán únicamente dispone de Mario Suárez -muy lejos de su mejor nivel ayer-, Dani Parejo y Álvaro Medrán.

Como se constipe uno de los tres, o cambia el sistema o recurre al prometedor Carlos Soler para medirse a guerreros con una hoja de servicios interminable como Mikel San José, Beñat o Raúl García. Para tener un propietario multimillonario, que además comparte reservados con el superagente Jorge Mendes sabe a poco. A muy poco.

Ayestarán, eso sí, tiene la obligación de exigirse más. Este Valencia es vistoso, pero no es competitivo. Sobre todo porque no defiende con orden durante los noventa minutos. Un pecado mortal para un vestuario preparado aunque sobradamente joven. Una de las primeras cuestiones, innegociable, es resolver el coladero en banda derecha. Montoya por detrás de Cancelo puede ser una magnífica solución para ganar en consistencia.

Compartir el artículo

stats