El golpe de calor que sufrió el lateral izquierdo José Luis Gayà el pasado domingo en Mestalla, por el que fue destituido antes del descanso, propiciará un cambio en las reglas de la federación española de fútbol.

Los árbitros podrán detener el encuentro para que los jugadores descansen y se hidraten cuando las temperaturas superen los 30 grados. Así lo anunció ayer en su cuenta de twitter el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles, AFE, Luis Rubiales. «La Federación ha atendido la petición de los futbolistas», dijo el presidente del sindicato.

La iniciativa ha sido lanzada por la Asociación de Pequeños a Accionistas del Valencia. El Valencia-Betis se jugó a las 16.00 del pasado domingo, con unas temperaturas por encima de los 30 grados, y con el sol castigando la zona izquierda del ataque valencianista, por donde se internaba Gayà. El defensa de Pedreguer, además, venía de haber sufrido en los días anteriores un proceso viral y estaba debilitado.

Parones de tres minutos

Es la Liga la que pone los horarios de los partidos, tanto en este arranque estival de temporada como en la primavera de final de curso. Ha habido muchas protestas de aficionados y también de la AFE contra la insensibilidad al respecto por parte de la organización presidida por Javier Tebas.

La FIFA establece que los árbitros puedan detener los encuentros durante tres minutos en caso de calor extremo, aproximadamente a mitad de cada periodo. Y lo hagan a partir de los 33 grados de temperatura. El árbitro valenciano Mateu Lahoz, por ejemplo, hubo de interrumpir el Argentina-Hnduras, en Brasilia, de los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Tanto la FIFA como la UEFA disponen para sus partidos de un médico neutral que pueda determinar si el jugador que sufra un percance debe continuar o no en el campo.