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Bienvenido, Míster Murthy

Bienvenido, Míster Murthy

El último fichaje de Peter Lim para su plan de negocio „genera cierto vértigo emplear la palabra proyecto„ en Valencia no procede del Benfica ni, afortunadamente, llega a Mestalla por un coste de treinta millones de euros. Ya saben, tarifa plana. Anil Murthy, diplomático del gobierno de Singapur en París, ejecutivo de alto nivel en la república de la que es oriundo el máximo accionista de la SAD, es la penúltima ocurrencia de Lim. La idea, dicen, generar sinergías con el respetable, cada vez más crítico con las formas y los fondos de Meriton. No queda otra que desearle suerte. A poco que se lo trabaje, seguro que conecta más y mejor con el entorno que Kim Koh. Por incapacidad, inapetencia o una combinación de ambas, este es el día que el infatigable Koh no ha dirigido a los aficionados ni una miserable frase en la lengua de Cervantes. Cuentan que Murthy ya se atreve con el castellano tras poco más de un mes de clases particulares. Si se trata de enganchar al personal, desde luego es un avance. Siempre es más sencillo que uno hable español antes que miles de valencianistas se pongan a aprender inglés para entender la deriva del equipo de su corazón.

Escarmentado por la traición desde dentro que tuvo que sufrir en su primer ejercicio como propietario del Valencia, Peter Lim mantiene inalterable el principio de gestión según el cual el poder ejecutivo del club debe residir en ejecutivos de su confianza. Profesionales sin duda de sobra capacitados en lo suyo pero neófitos en el complejísimo mundo del fútbol. Más vale fiel conocido que infiel por conocer. Aunque la fidelidad esté reñida con el verde. Una idea respetable -la inversión de 194 millones de euros le da derecho a ello, pero que entraña sus riesgos. Fundamentalmente, a la hora de radiografiar al poble de Mestalla y buscar soluciones para atenuar la desafección que cunde a borbotones en la Avenida de Suecia. Valgan como ejemplo las dos primeras conclusiones a las que parece haber llegado Mister Murthy después de unas semanas de observación: Rejuvenecimiento de la edad media de abonados (43 años, según el club) y exceso de jóvenes seguidores potenciales aficionados a Real Madrid y Barcelona. Diagnóstico erróneo.

El problema del Valencia no entiende de edades. Unos y otros, los de 43 y los de 20, pueden digerir mejor o peor los manidos planes de negocio, pueden entender más o menos un verano en el que Lim vende hasta los percheros? Pero lo que es innegociable para todos, desde el abonado 1 al 35.000, es tener un club de fútbol reconocible, a ser posible ganador, una plantilla pensada, construida con coherencia y libre de encalomadas. El problema aquí, señor Murthy, no es la edad media de los abonados. El problema es, para matizar su sesudo análisis, que venimos de una temporada vulgar y ésta el equipo se ha acostumbrado a pulular más de lo debido por la zona de descenso a Segunda. Si el equipo fuera tercero, ya no digo líder, a los ejecutivos de Singapur les resbalaría el año de nacimiento de los socios. No hay que ser diplomático para verlo. Y mucho menos para escribirlo. Olvídense del respetable, que bastante tiene. Y mírense el ombligo.

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