Cesare Prandelli ha dado en tres semanas los primeros pasos decisivos para que el Valencia salga de la crisis de identidad en la que se ha visto sumido en los dos últimos años. El técnico italiano, emulando la gestión que en su día hizo Ranieri, ha empezado desde cero, con una reconstrucción integral. El equipo estaba sumido en tal estado de indefinición que necesitaba reencontrarse con los pilares más elementales del fútbol: orden colectivo y una manera reconocible de jugar. Resignado a ser un templo saqueado en los últimos tiempos, Mestalla es consciente de que todo está por hacer pero agradece que su equipo, por fin, sepa a qué juega. Varios son los pilares en los que se ha apoyado Prandelli para hacer del Valencia un incipiente bloque.

ONCE DEFINIDO

Apuesta momento por un mismo bloque y más veterano

Una de las prioridades de Prandelli ha sido la de encontrar un «once» tipo que ayude a consolidar un bloque reconocible. El técnico ha recogido el molde dejado por Voro González en los dos encuentros de transición y ha apostado por los jugadores más veteranos y expertos para afrontar la recuperación de juego y resultados. De momento, futbolistas de calidad pero más jóvenes como Munir o Medrán están en un segundo plano en espera de que el Valencia abandone la UCI.

DEFENSA

Garay-Mangala se asientan y la zaga gana en contundencia

El Valencia sigue encajando goles, cierto, pero ha ganado en contundencia defensiva. Ante el Sporting se concedieron menos ocasiones que de costumbre y contra el Barcelona solo se dispuso de un córner en contra. La pareja Garay y Mangala se mostró expeditiva y se asientas en la titularidad. Del mismo modo, ha mejorado el equilibrio táctico de los valencianistas, con las líneas más juntas y una mayor vigilancia, actitud y solidaridad grupales.

CENTRO DEL CAMPO

Libertad para Parejo y galones para Mario Suárez y Enzo Pérez

Prandelli ha dado libertad total a Dani Parejo en el centro del campo valencianista. Sin tanta carga defensiva, reluce la calidad en los últimos metros del jugador de Coslada, plenamente reconciliado con la grada tras un verano tormentoso. Su incidencia se nota. Participó con una gran dejada en el primer gol de Mario Suárez en Gijón y ante el Barça dio una asistencia a Munir y cayó por la banda derecha para ahondar la inferioridad de Digné ante Cancelo. La pareja Mario Suárez-Enzo Pérez se hace fuerte en el doble pivote. En tareas defensivas pecan en ocasiones de exceso de fogosidad „ante el Barcelona arriesgaron la roja por duras entradas a André Gomes y Neymar„, pero han aportado carácter y consistencia a un equipo que ya no es tan inocente y vuelve a manejar los códigos del otro fútbol: las protestas, la presión a los colegiados y a los rivales. Es un equipo con colmillo. Mario ganó en confianza con sus dos goles en El Molinón mientras que Enzo ha asumido con gusto la jerarquía de capitán. En un vestuario en pleno relevo generacional y necesitado de contrapesos veteranos, el centrocampista argentino ha cargado en las espaldas el rol de líder de la manada.

ATAQUE

A falta de un 9, pone en valor a Rodrigo y Munir ya ve puerta

El Valencia sigue adoleciendo de ferocidad rematadora y la búsqueda de un 9 se antoja segura en el mercado de invierno. Sin embargo, Prandelli pone poco a poco en valor a los efectivos de los que dispone. Rodrigo, la eterna esperanza, se ha reencontrado con el gol y Munir ya ha logrado estrenarse. Desde las bandas asoma más desequilibrio. Por la derecha Cancelo, sin ataduras defensivas, desborda con su eléctrico (e imprevisible) regate. En la izquierda, Nani ya no tiene la explosividad de sus años mozos en Manchester pero es igualmente decisivo con sus gotas de calidad. El pase de gol a Rodrigo fue una sublime muestra.

CAMBIOS

Sustituciones que determinan duelos

Prandelli ha adquirido un buen conocimiento de la plantilla y se ha reflejado en las sustituciones. En la era Neville partían al equipo, ahora lo revitalizan. En Gijón la entrada de Bakkali ayudó a aguantar la posesión en zona alta. Contra el Barcelona, la irrupción de Munir en una clara apuesta de entrenador (no fue un cambio de hombre por hombre), volteó el encuentro en la reanudación. El único cambio que no surtió el efecto deseado, fue el de Mina. Un jugador que hasta el domingo, siempre se le daba bien el Barcelona.