El Valencia toca fondo. Otra pobre imagen. Esta vez no se pudo ganar al Granada, colista de la tabla, y se cedió un empate que deja al equipo de Cesare Prandelli en una situación complicada. Falto de ideas y ante un rival muy débil, el equipo paga muy caro sus puntuales fallos en defensa y el hecho de que no se aprovechen las ocasiones de gol. Estas son las claves del partido de ayer:
Sin las ideas claras y sin saber leer el partido
El de ayer era un partido de tener mucha paciencia, porque el Granada se metió muy atrás y se presentó ordenado sobre el terreno de juego. Era un rival que ha cambiado desde la llegada de Lucas Alcaraz al banquillo, y se muestra mucho más consistente en líneas generales. Aún así, el Valencia era superior y tenía que conseguir ir madurando el partido hasta que el triunfo cayera por su propio peso. Las bandas, con Cancelo, Nani y Gayà, eran la mejor vía de acceso a la portería contraria. No cabía otra que tocar con criterio, buscar ensanchar el campo, y aprovechar una situación de desequilibrio. El Granada no es un equipo orientado a combinar y a tocar la pelota, por lo que la otra opción del Valencia era la de robar y recuperar el balón con rapidez para sorprender en el desorden rival. Pero ni por esas. No se lograba leer el partido.
Desde el más puro desorden Mario Suárez, que tenía que empezar jugada, estaba demasiado pegado a los centrales y así costaba mucho más dale salida con rapidez al balón poque había muchos metros por delante y una opción menos a la hora de sacar la pelota. Ello motivó que fuera Parejo quien se viera obligado a auxiliar y, en una de esas, Kravets robó un balón y se plantó solo ante la portería de Alves en la ocasión más clara del partido. El delantero del Granada mandó arriba ante una grada sorprendida que veía el 0-1 muy cerca de subir al electrónico de Mestalla. Era un serio aviso a lo que se estaba viendo en el encuentro. Porque el tanto del Granada llegaría un poco después. Cuando Carcela sí que acertó batir al meta brasileño en un contragolpe que volvió a desnudar a la defensa valencianista. No hay manera de mantener la portería a cero.
Mejor en la reanudación, pero faltó acierto y un «nueve»
El Valencia CF empezó la segunda parte con las obligaciones de tratar de remontar el partido, porque el marcador de 0-1 era inconcebible. En una jugada que inició Cancelo, Parejo mandó un preciso pase para que Nani empatara el partido. El mérito del tanto de la igualada, que relajaba y mucho las tensiones, fue de Cancelo. Cuando el juego comenzó a ser mucho más rápido, y el Valencia pisó el acelerador de su fútbol, el Granada comenzó a pasarlo mal. En esa especie de desorden táctico, o de partido loco, el conjunto de Mestalla se sintió mucho mejor gracias a la velocidad de sus futbolistas y a la entrada en el campo de Munir y de Bakkali. Pero se echó en falta, otra vez, a un «nueve» que lograra marcar una de las muchas ocasiones de gol que se tuvieron. El Granada solo tuvo una ocasión, de Boga, y con muy poco logro puntuar en Mestalla.
La no convocatoria de Maty Ryan y Santi Mina es sintomática
Aparte de lo que nos dejó el juego propiamente dicho, llamó la atención que Prandelli se dejara fuera del partido a Maty Ryan y a Santi Mina. Todo apunta a que el guardameta australiano está más fuera que dentro del Valencia CF, el jugador ya ha manifestado que su deseo es abandonar la entidad si no juega, y el hecho de quedarse sin la opción de entrar cuanto menos en el banquillo revela los planes de futuro que se tienen con el portero. Sin embargo, mayor sorpresa causa que un futbolista como Santi Mina, que costó diez millones de euros, se quede fuera del choque más y cuando en el banquillo había dos centrales (Santos y Abdennour). Lo lógico hubiera sido que Mina formara parte de los jugadores con opciones de saltar al césped.
