Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

El Valencia sufre la Zona Cesarini

El equipo de Prandelli, hecho un manojo de nervios, ha encajado 10 de sus 22 goles en los cinco últimos minutos de cada parte

El Valencia sufre la Zona Cesarini

Cesare Prandelli conoce bien lo que significa la Zona Cesarini. Y la sufre desde que aterrizó en Mestalla. Es la expresión que da nombre en el fútbol italiano a los minutos finales de cada encuentro. Su origen se remonta a los años 30 del pasado siglo, por los tantos de Renato Cesarini, extremo de la Juventus, al borde del tiempo cumplido, y que llamaron la atención del periodista Eugenio Danese, que inmortalizó el dicho. Es en esos minutos decisivos es cuando el Valencia está cavando su tumba en el presente campeonato. Un total de 10 de los 22 goles encajados hasta el momento, han venido entre los minutos 40-45 y 85-90. Una estadística implacable que cuantifica la ansiedad que sufre una plantilla con la mente bloqueada.

El problema es otra de las herencias recibidas por Prandelli, pero que tampoco ha logrado atajar tras cinco partidos en el banco. Todo empezó en la primera jornada, con el tanto a la contra de Livaja que daba en el 88 la victoria a Las Palmas. Con el Valencia volcado en busca de la victoria y un jugador menos, Rubén Castro hizo en el 90 el 2-3 para el Betis. En San Mamés, Aduriz remontó en el 41 para el Athletic. En la visita del Alavés, Toquero neutralizaba en el 45 la ventaja inicial local. Kevin Gameiro sentenciaba a la contra en el 90 el 0-2 del Atlético. En El Molinón, el Valencia no se fue al descanso con victoria por el cabezazo de Carlos Castro en el 41, en el estreno de Prandelli. Un contragolpe mal conducido desembocó una semana después en el penalti marcado por Messi en tiempo cumplido. En Riazor Emre Çolak hacía justicia en el 45 a los mayores merecimientos del Deportivo. Roncaglia empezó la remontada del Celta con su tanto en el 43, tras el gol de Parejo. Y este domingo en Mestalla, Mehdi-Carcela puso en ventaja al Granada en la última jugada del primer acto.

Esta sucesión de goles no debe interpretarse como una casualidad encadenada. Es la evidencia de los nervios que consumen al Valencia en los minutos trascendentes, en los que se prima la necesidad de mantener la calma, controlar el juego, adormecer la posesión... o bien atacar la portería rival sin dejar desguarnecido el propio marco.

Si bien el Valencia ha mejorado en varios niveles „chuta más a portería y concede menos ocasiones„, los goles siguen llegando en los minutos en los que se decantan los partidos, por lo que el castigo psicológico es todavía mayor en una plantilla muy necesitada de autoestima. Seis de esos diez goles han venido en Mestalla, donde la presión cada vez es mayor y donde equipos de perfil medio-bajo como Las Palmas, Betis y Granada han logrado puntuar. Prandelli ya reconoce en voz alta (y afónica por los gritos) que el Valencia no funcionará hasta que no logre liberar su mente.

Compartir el artículo

stats