Las estadísticas del Valencia no se parecen a los resultados finales de sus partidos. Los números del equipo de Cesare Prandelli no revisten el catastrofismo instalado por la preocupante clasificación del Valencia, a un solo punto del descenso tras un tercio de temporada ya consumido. Sin embargo, la incidencia de esos registros se está manifestando de forma extraordinariamente lesiva para sus intereses. Como recita su técnico, el Valencia crea más ocasiones de gol que antes y, ahora, no concede tantas oportunidades en contra, pero el castigo sigue siendo el máximo. Sobre el césped se traslada la imagen de un partido controlado en muchas fases por los blanquinegros, pero los detalles penalizan al máximo. No se compite.

Dos son los defectos que más se le achacan al Valencia: la ausencia de un delantero centro goleador y la inseguridad defensiva. Sin embargo, los datos dicen que el Valencia es el séptimo equipo que más chuta a portería de todo el campeonato, rozando los 12 disparos por partido. Apenas dos menos que el Atlético. Además, lleva 17 goles a favor acumulados, uno más que el Athletic Club, que, con un encuentro menos „hoy juega ante Las Palmas„, le saca nueve puntos en la clasificación. Por lo tanto, opciones de gol este equipo sí tiene. Solo en dos choques se ha quedado sin marcar „ante Eibar y Atlético„ y hasta en tres ocasiones „Las Palmas, Betis y Barcelona„ se ha perdido pese a marcar dos goles.

Los goles a favor no sirven porque la eficacia defensiva es pésima. El Valencia ha ido mejorando el balance defensivo y actuando como lo que pretende Prandelli, como un bloque que cada vez hace menos la guerra por su cuenta. De hecho, el Valencia es el equipo número 11 que más disparos recibe. Una media de 10´5 por partido. Dos menos que el FC Barcelona. Sin embargo, solo Sporting, Leganés, Betis y Granada han recibido más goles que los valencianistas (24). Es decir, los rivales necesitan muy pocas aproximaciones para marcar. El partido en el Sánchez Pizjuán fue el caso más sangrante. El Sevilla solo chutó una vez y materializó dos goles, el disparo de Pareja y el gol en propia meta de Garay.

A diferencia de la temporada pasada, en la que los tres guardametas fueron los más destacados a pesar del elevado número de derrotas, en esta el papel de Alves no está siendo tan milagroso, descontando su sublime habilidad en los penaltis. El curso pasado el trabajo de los porteros era mucho más visible al estar constantemente en acción, y este año el riesgo se eleva al tener que intervenir más «helados», en lances más puntuales.

Prandelli esá convencido de que la plantilla, pese a sus deficiencias estructurales, tiene más fútbol del que aparenta, pero la realidad es que al bloqueo mental sobre el césped se le añade el castigo anímico de una plantilla que se ve cada vez más metida en el pozo. La dinámica es igual de decadente que en la temporada pasada. Como si no hubiese mediado un verano, fichajes, ni varios cambios de entrenador de por medio. La impotencia es total y ya, demasiado pronto, se invocan argumentos primarios, la apelación al coraje y la garra, por encima de argumentos futbolísticos.

Peores números que Neville

A pesar de gozar de un crédito todavía inmaculado, los guarismos de Cesare Prandelli se sitúan en la mediocridad de sus predecesores. Con 5 puntos de 18 posibles, el exseleccionador italiano ha igualado los puntos conseguidos por su predecesor, Pako Ayestarán, y ha empeorado los del técnico anterior, Gary Neville, tal como recogía ayer la agencia Efe. Dos equipos en buena sintonía, Málaga y Real Sociedad, son los próximos rivales.