Unos cincuenta aficionados radicales del Valencia han retenido durante una hora a los jugadores del primer equipo en la Ciudad Deportiva de Paterna. La expedición del Valencia, tras perder en Anoeta contra la Real Sociedad (3-2), regresaba a las instalaciones en autocar para recoger sus coches y marcharse a sus domicilios. Los futbolistas fueron recibidos al grito de "¡jugadores, mercenarios!" y varios ultras golpearon con patadas y puñetazos el autobús cuando aminoró su marcha antes de entrar en el recinto. Los ultras también encendieron bengalas y bombas de humo. Cesare Prandelli, tras su contundente bronca pública a la plantilla de ayer, fue vitoreado por los seguidores. La situación obligó a la llegada de siete unidades de la Policía Nacional con unos 30 agentes, para poder formar un cordón de seguridad que garantizase la salida sin incidencias de la primera plantilla. Como ya ocurrió tras los incidentes provocados por el 7-0 contra el Barcelona en la Copa del Rey de la temporada pasada, los vehículos de los jugadores han salido a la vez. Varios futbolistas se han agrupado en un mismo coche para agilizar la salida.