Dani Parejo lleva seis años en el Valencia instalado en una montaña rusa, entre épocas de buen juego y liderazgo, junto a otros momentos de reprobación social y falta de protagonismo. El centrocampista madrileño, de 27 años, vuelve a estar en la rampa de salida del club de Mestalla de cara al próximo mercado de invierno. Sin embargo, el cartel de transferible le cuelga después de haber sido uno de los futbolistas más regulares de un equipo en pleno desmoronamiento (tres goles, cinco asistencias, titularidad indiscutida) y después de sobrevivir a un verano en el que el Valencia se cerró en banda a negociar un traspaso al Sevilla, ignorando los 14 millones de euros que la entidad hispalense estaba dispuesta a ofrecer por sus servicios.

Por otro lado, de momento ni el entrenador Cesare Prandelli ni el director deportivo Jesús García Pitarch habían informado ayer, al cierre de esta edición, a Parejo de las intenciones del club de sacar rendimiento económico con una venta. El cuerpo técnico cree que la recuperación deportiva del Valencia debe pasar por una previa regeneración del liderazgo en el vestuario. Dentro de la honda crisis de juego y resultados del Valencia, se da la circunstancia de que Parejo pasaba por un buen momento en su convivencia con la grada. De hecho, hasta su sustitución contra el Málaga „que se reveló como una medida equivocada en el devenir del encuentro„, Parejo era el futbolista de la Liga que más minutos consecutivos llevaba acumulados. Desde abril lo había jugado todo.

La salida al mercado de Parejo entraña otro riesgo, además del económico, ya que en enero no se suelen cerrar los traspasos con un montante tan elevado como en verano. El otro peligro es encontrar en el reducido mercado de invierno un futbolista que supla todas las características que reúne Parejo, tanto técnicas como de conocimiento del club y de su entorno para garantizar el rendimiento inmediato que se exige a los fichajes de mitad de temporada, reclutados para mejorar a corto plazo las prestaciones de un equipo. En su sexta temporada en el club, solo el portero Diego Alves, que también llegó a Mestalla en 2011, acumula tanta veteranía.

En la vorágine de mercado desde la llegada de Lim, el Valencia se ha convertido en un equipo cada vez más novel y menos experto, sin el factor de competitividad derivado de una pertenencia prolongada en la plantilla.

Inter, Sevilla y Mónaco, a la espera

Parejo es un jugador muy apetecible para una extensa nómina de equipos que hasta hace pocos meses se podían considerar rivales directos del Valencia, como el Inter, el Mónaco o, nuevamente, el Sevilla. La única desventaja del club blanquinegro es que, al ofrecer a Parejo en el mercado, su cotización en una negociación queda condicionada.

La trayectoria de Parejo en el Valencia se ha visto salpicada de continuas rachas cambiantes. Fichado en 2011, con 21 años, con Unai Emery su progresión se cortó por una costosa adaptación, algún episodio extradeportivo y la mayor fiabilidad de Ever Banega y Tino Costa. En 2012 no mejora su incidencia en el juego con Mauricio Pellegrino de técnico. Una vez destituido el Flaco, la llegada de Ernesto Valverde reactivará la carrera de Parejo, al situarlo como director de juego por delante de los centrales. La dinámica del columpio sigue: baja su protagonismo con Djukic y lo vuelve a subir con Pizzi. Con Nuno descubrirá una nueva faceta de Parejo, la goleadora, con sus llegadas desde media distancia y los golpeos de falta. Unos números que le valen el año pasado para ampliar su contrato hasta 2020 con el salario más alto del equipo (2´5 millones) junto a Negredo y con la capitanía. El desplome del equipo con Neville le arrastra hasta perder el brazalete y forzar, sin éxito, su salida el pasado verano.