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Grazie, Prandelli, pero no diste ni una

Grazie, Prandelli, pero no diste ni una

Hay que agradecer al técnico italiano Cesare Prandelli haber desnudado la gestión de Lim al frente del Valencia CF, lenta y especuladora, tratando el club como una empresa más que el jefe visita una vez cada 30 años, como desveló la presidenta, Layhoon Chan. Y, en efecto, Prandelli se marcha con la «dignidad» de renunciar a dos años de contrato para cobrar tan solo «los tres meses de trabajo» (aunque su equipo de colaboradores no perdone ni media).

En realidad, el entrenador italiano se va a llevar un dineral en muy poco tiempo por una liderazgo deficiente en todos los terrenos que debe dominar un entrenador: la conducción emocional del grupo, la elección de jugadores y la preparación física. Como consecuencia, el juego y los resultados han sido pésimos.

A parte de sentirse engañado por Lim al no traerle a Zaza, que también, Prandelli se marcha por estar deslegitimado ante los jugadores, a los que lanzó a los leones en la rueda de prensa antes de Anoeta («fuori», y la posterior reacción de los ultras en Paterna). Solo confiaba en Garay, Mangala, Nani y Montoya. Y no podía dar la cara ante un vestuario al que, en su mayoría, menospreció.

A pesar de todos los precedentes de su larga y meritoria carrera, Prandelli ha fracasado en sus apuestas (Siqueira, limitado por las lesiones, y Fede, el menos comprometido de la plantilla); en su trato a los futbolistas (Gayà, por ejemplo, acabó completamente desquiciado); y en su diagnóstico de los problemas del equipo (aseguró que había una deficiencia física y su recuperación de la rampa trajo lesiones musculares, pero ninguna mejora).

Por último, filtró la puesta a la venta de los dos capitanes, Parejo y Enzo Pérez, como si fuera fácil traspasarlos. Prandelli, en definitiva, ha roto los códigos de buen manejo de un vestuario y ahora Voro debe recomponerlos. Ayer dio el primer paso. «Si fuera del equipo contrario, querría que no jugara Parejo». El prestigio de Prandelli no se ha correspondido con la realidad.

A expensas de si llegan refuerzos o no, Voro sumará el aliento de todos para estar por encima de los gestores y de los predecesores.

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