La primera parte arrancó con tres goles en 18 minutos en contra del Valencia. A los dos minutos de juego Aspas adelantaba a los vigueses al transformar un penalti señalado por el colegiado al considerar falta una entrada de Javi Jiménez sobre Pablo Hernández. El canterano trató de encoger la pierna, pero el jugador celeste buscó el contacto y cayó al suelo. Con el 0-1 en solo dos minutos el Valencia de Voro trató de ir al ataque en busca del empate. Sin embargo, a los 13 minutos una pérdida de Cancelo en la salida del balón dio lugar a un disparo de Bongonda. El esférico tocó en Jiménez y se introdujo en la portería de Jaume. Otro mazazo en un abrir y cerrar de ojos.

Mestalla no aguantó más y comenzaron a resonar cánticos contra Peter Lim y Suso García Pitarch. Esos gritos aumentaron en el minuto 18, cuando otra pérdida de Cancelo propició la jugada del tercer gol del Celta, rubricado por Wass, sólo en el centro del área para batir a Jaume.

A partir de ahí, el primer tiempo se convirtió en un martirio para el Valencia. El Celta bajó un poco la intensidad y el conjunto de Voro se acercó al área de Sergio. Parejo tocó la madera con un lanzamiento de falta lateral y Rodrigo desperdició una ocasión clara ante el meta gallego. Munir y Santi Mina lo probaron, pero con muy poco fortuna.

Con todo ello, la afición valencianista despidió al equipo en su camino hacia los vestuarios para el descanso con una sonora pitada.

En la reanudación el Celta buscó el cuarto tanto para finiquitar la eliminatoria. Por su parte, Voro dio entrada a Carlos Soler por Enzo Pérez. El canterano dio energía al centro del campo blanquinegro. No obstante, ante un Valencia herido de muerte, los gallegos rozaron el cuarto gol, pero Jaume hizo aparecer una mano de la nada para parar el remate de Aspas.

Cuando peor estaba el Valencia, en el 57, un pase largo fue aprovechado por Rodrigo para encarar a Sergio y dribarlo en el área. El portero del Celta lo derribó cuando el delantero valencianista iba a marcar y el colegiado señaló penalti, aunque no expulsó a Sergio. Parejo marcó y recortó distancias en el marcador. Un gol que espoleó algo al equipo y la grada. Durante algunos minutos, aunque sólo fue por amor propio, el Valencia mejoró y buscó el segundo gol. A pesar de la intención, no hubo ocasiones claras.

Por contra, Guidetti sentenció en el 74 con el cuarto gola tras regatear con facilidad a Jaume y remachar a puerta vacía. De nuevo Mestalla apuntó con sus cánticos hacia la propiedad como máximo responsable de la derrota. Desde ese momento hasta el final, el estadio valencianista se fue vaciando entre la resignación.

El equipo de Voro deberá medirse el próximo jueves al Celta en Balaídos con la obligación de marcar cuatro goles y no encajar si quiere pasar a los cuartos de final. Parece una misión imposible.