Tras el bochorno del 1-4 en Copa ante el Celta llegó otro peor, un grupo de «aficionados» increpando y amenazando a los jugadores del Valencia cuando abandonaban el estadio, la noche del martes, en sus vehículos particulares. Un tipo, además, jaleándose de llamar «hijo de perra» a Santi Mina ante las cámaras de Cuatro con total impunidad. ¿Cómo es posible que, en plena calle, un ciudadado insulte gravemente a otro sin que actúe la policía?, ¿cuál era el delito del agredido: no haber ganado un partido?, ¿ganar mucho dinero?, ¿hacer mal su trabajo?
Este individuo no representa a la afición del Valencia, indignada, por muchos motivos, con una descabellada dirección de la sociedad de Mestalla desde que Lim asumiera el control. La mayoría sensata de la hinchada es consciente de que el equipo sólo salvará la categoría si mantiene el apoyo de su gente. Van a ser cinco meses durísimos. 22 jornadas. 66 puntos en juego. El Valencia va a sufrir hasta el final para mantenerse en Primera. Los rivales (Sporting, Osasuna, Granada y Leganés) van a contar con el calor de sus públicos.
Más allá de las debilidades estructurales del Valencia, arrastradas desde la pretemporada, el estado de ánimo va a ser decisivo. La grada debería distinguir entre el equipo y los dirigentes de la entidad. Voro estuvo valiente tras caer frente al Celta. No se le vio acobardado. Se apresuró a abrazar uno por uno a todos sus hombres todavía en el terreno de juego. El técnico de L´ Alcúdia sabe que sólo saldrá vencedor construyendo una burbuja en torno a los futbolistas para que estos superen los miedos y puedan aumentar su rendimiento.
Está muy bien indignarse con la gestión especuladora de Lim y aspirar a que el club vuelva a estar en manos más cercanas, pero aquí la burguesía valenciana, como en tantas otras cosas, no ha articulado una alternativa válida. Ni ha puesto un euro. La pérdida de humildad de 2004, con aquel estadio nuevo faraónico auspiciado por las autoridades , fue el origen del actual desfase. Después del rechazo frontral de Mestalla a Lim en la noche del martes, cabe esperar que el inversor singapurense se plantee plegar velas a medio plazo. La sociedad valenciana debería estar preparada.Entre tanto, hay que aferrarse a las gotas de optimismo: Carlos Soler tiene una pinta magnífica. Nani aportará calidad en el último tercio del campo. Mangala, fuerza en defensa. Voro necesita abstraerse de un entorno venenoso. Y sentir el aliento de todos.
